Para la sociedad dominicana se ha constituido en algo normal, el hecho de que cuando agentes de de la Policía Nacional eliminen personas de manera un tanto dudosa, aleguen en su defensa que fue un intercambio de disparos.
Es cierto el auge de la delincuencia en el país, pero no deja de ser cierto que los agentes de la policía deben actuar con más cautela.
Tratar de erradicar la delincuencia no es sinónimo de exterminación física como se tiene aquí por costumbre, tratar de eliminarla significa modificación y creación de nuevas leyes que obliguen a todos los extractos sociales a cumplirlas de manera equitativa.
Es normal escuchar a algunos dominicanos expresarse a favor de la policía cuando estos ultiman a un supuesto delincuente, olvidando que ellos también podrían ser una de las próximas victimas a mano de ese cuerpo castrense.
Según una estadística presentada por la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos, el 70% de los casos de violencia criminal ocurridos en el país en el pasado año, fueron a manos de miembros de la institución policíaca.
Al igual que ningún dominicano está exento de ser impactado por una bala perdida, tampoco lo está que aparezca en las próximas estadísticas de los llamados intercambios de disparos
No se puede negar que en ocasiones los agentes de la policía se ven obligados a disparar, pero si los individuos pueden ser apresados, estos deben hacerlo y disponerlos a las autoridades correspondientes, como lo han hecho en algunos casos.
Está claro que a esta institución que preside el general Rafael Guillermo Guzmán Fermín, le ha tocado momentos difíciles ante esta ola de delincuencia y criminalidad en que se encuentra sumergida la nación dominicana y que en ocasiones ciertas leyes son un tanto tibias para individuos que se dedican a delinquir.
Sin lugar a dudas, uno de los grandes desafíos y flagelos de la sociedad dominicana es el control de la delincuencia, para que tanto civiles como militares no pierdan sus vidas.