Si bien el sueño y mayor desvelo de José Francisco Peña Gómez estuvo centrado en la unidad del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), en estos días viene a la memoria una de sus frases célebres: “Sólo el PRD destruye al PRD”. Y aunque otras organizaciones políticas pequeñas y militantes de las mayores se han pasado a sus filas, para apoyar al candidato presidencial Hipólito Mejía, la división interna puede aún dañarlos en su esencia y en el proceso actual.
Ya hace un año desde aquella convención que evidenció las diferencias entre Mejía y el presidente del PRD, Miguel Vargas Maldonado, cuestión inusual en una estructura política donde se estila que hay un vínculo entre la máxima figura y el candidato a la presidencia del país.
La historia plantea “permanentes luchas intestinas y contradicciones entre sus principales líderes, provocando (en ocasiones), que fuera fraccionado” y afectando su permanencia en el poder. Ahora, a pesar de pasar el tiempo y de conmemorarse el aniversario 75 del nacimiento de su líder Peña Gómez, la situación se mantiene candente con las declaraciones de Hipólito Mejía y Vargas Maldonado y lejos de rendirse el tributo que merece el emblemático guía, cada vez más se aleja la posibilidad de hallar un punto común en el escenario de la política nacional que, en breve, definirá qué partido político sostendrá las riendas de la nación.
Ojalá que las palabras de Peña Gómez acerca de que “Sólo el PRD destruye al PRD”, no se cumplan en momentos tales, para que permanezca la democracia en República Dominicana.