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No hay que temer a la crisis, sino al gobierno

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Los dominicanos estamos hartos de falsas promesas. Vivimos día a día una crónica del horror porque la corrupción, la inflación, la delincuencia y el narcotráfico agobian al país.

Y ante todo esto padecemos del mayor obstáculo: el miedo. El miedo a exigir, a reclamar en las calles, en las aulas, en los clubes, en los campos, en los caminos, en las fábricas, en los barrios, a reclamar una actitud diferente de nuestros políticos, del gobierno.

Necesitamos con urgencia una Cumbre, un debate, un intercambio directo y sincero de ideas, de propuestas. Pero, sincero, sin insultos o alusiones personales. Bien sabido es que toda crisis constituye, a la vez, una oportunidad! Por Dios, no la desaprovechemos!

El debate, la Cumbre, no significa, no equivale a entregarse al gobierno. Es una muy buena oportunidad para enrostrarle sus yerros, para mostrarle sus desaciertos y el hastío de la gente ante tanta corrupción y delincuencia.

Además, debería ser un debate serio en torno al presente y el futuro de República Dominicana.

Estoy en desacuerdo con la manera de conducir la cosa pública de este gobierno, soy de los que creo que nada nos hace sentir orgulloso de las ejecutorias del ciudadano presidente Leonel Fernández.

Pero creo que los dominicanos, los sectores de mando del país, tienen que enrumbar a esta media isla como un proyecto político y económico, que ponga en primer plano a sus ciudadanos.

Nuestros políticos deberían tener como propósito el disponer de políticas adecuadas ante la crisis. Reflexionar si durante décadas hemos tenidos logros de paz, de prosperidad. Ver al pasado y observar la falta de libertades, los asesinatos políticos, las cárceles repletas de presos, los exiliados, etc.

Viéndolo bien, hemos avanzados. Pero, necesitamos que nuestros políticos trabajen, ejecuten verdaderos proyectos que mejoren la vida de nuestros ciudadanos, de nuestro pueblo.

Entiendan señores del gobierno que si vamos a modificar la Constitución, si queremos una nueva Constitución que regirá las normas del país, si queremos un plan de consenso para enfrentar la crisis y los problemas, debe hacerse con el respaldo de todos los sectores, de todos los políticos.

El gobierno se ha convertido en la mayor expresión del descontento de la población, por tanto, solo no podrá hacer nada Agregado a ello, vivimos una crisis de liderazgo político y de reclamo de los ciudadanos ante la globalización, ante la inseguridad, ante los niveles de vida bajo que le empobrecen cada día más.

Alguien ha dicho, y es verdad, que “las sociedades tradicionales se desintegran, los criterios de etnicidad se alteran, la vida familiar sufre las tensiones que resultan de los esfuerzos de las familias por alcanzar un equilibrio entre el trabajo y la vida familiar”.

Reflexionemos. El problema no es la crisis, el problema no es que vivimos un tiempo de profundos cambios, el problema no es que nuestra sociedad no guarda parecido con la que conocíamos cuando teníamos 20 o 30 años, no, el problema es que necesitamos de gobiernos de líderes que entiendan esos cambios, para que los extremos no ganen terreno.

Termino con esta cita del ex primer ministro británico, el señor Tony Blair: “Ha llegado el momento de enfrentar a la realidad, de despertarnos. Los ciudadanos están haciendo que suenen las trompetas en torno a las murallas de la ciudad. ¿Estamos escuchando? ¿Tenemos voluntad política para salir a su encuentro, de modo que puedan considerar nuestro liderazgo político parte de la solución y no parte del problema?

El autor es periodista
Frontera25.blogspot.com

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