Pese a que en la República Dominicana se conoce poco de reciclaje, existen varias empresas recolectoras de residuos que se dedican a la exportación de materias primas, las mismas que luego regresan al país convertidas en utensilios médicos, de oficinas y comerciales.
Estas compañías, además de incursionar en un área aún no explotada, ayudan a salvar el medio ambiente y generan empleos masivos, lo cual contribuye a reducir el nivel de desempleo nacional, el foco de contaminación y el pago de tributos aduanales.
Tal es el caso de los jóvenes empresarios Jorge Risek, propietario de Risek Vidal Resiclers y Leandro González, dueño de la compañía Recicladores de Plásticos Dominicanos (REPDSA), quienes tienen 6 meses y dos años, respectivamente, laborando en el área del reciclaje.
A Jorge Risek, quien también es consultor empresarial, no le tembló el pulso cuando decidió adentrarse en un sector casi virgen en el país, ya que considera los residuos sólidos como el fruto y el futuro de la civilización, debido a que en algún momento el petróleo se agotará y tendrán que recurrir a los desechos para elaborar el gas natural y otros insumos que consumirá el mundo.
Risek Vidal Resiclers recolecta botellas plásticas de agua, jugos y refrescos, con las que saca unas 300 mil libras de plásticos al mes del ambiente y, después de un proceso que consiste en comprarlas a los buzos de diferentes partes del país, llevarlas a la fábrica donde clasifican, limpian, lavan, secan y trituran hasta convertirlas en micros partículas listas para ser exportadas a Brasil, Canadá, China y Estados Unidos.
En la realización de este procedimiento, la empresa cuenta con más de 25 empleados fijos, que a veces aumentan a 30 y 40; así también con sofisticadas máquinas y herramientas que la depuran, a fin de obtener un producto de calidad listo para transformarlas en materiales reusables.
“Esos residuos de plásticos retornan al país trasformados en jeringas, catetes, sillas, botellones de agua, perchas, canastas de supermercado y en todo utensilio que contenga en su composición plásticos”, expresa el inquieto empresario.
No obstante, Risek aclara que el proceso arrastra una serie de costos fijos, debido a la carencia legal que todavía no regula el trabajo de los buzos recolectores, lo cual conlleva que empresas organizadas que compran en efectivo no le entreguen ningún tipo de retribución fiscal y al momento de la exportación se enfrentan a una carga de impuestos arancelarios, pese que generan grandes beneficios.
De igual forma, la compañía Recicladores de Plásticos Dominicanos (REPDSA), comandada por Leandro González, entiende que la República Dominicana esta desperdiciando la riqueza que ofrece la naturaleza, porque no hay una conciencia de reciclaje.
González narra que se motivó a incursionar en este negocio después de visitar a otras naciones y ver cómo limpiaban el ambiente y reutilizaban los desperdicios que en el país se queman o entierran.
“Las autoridades competentes deberían llegar a los barrios, hablar con las personas cara a cara y darles charlas y algunas motivaciones, con el fin de entusiasmarlos sobre los beneficios del reciclaje, para aprovechar la mayor parte de los residuos que se desperdician”, sugiere el empresario González.
La compañía Recicladores de Plásticos Dominicanos (REPDSA), funciona desde el mismo vertedero de Duquesa, donde recolecta plásticos y cartones. Cuenta con 30 empleados y manejan 250 mil toneladas de plásticos, de las cuales exportan 20 semanales.
Leandro González explica que trabajan con los siete tipos de materiales plásticos, como el polietileno de pet, del cual provienen las botellitas de agua; el HDP, los galones de jugo; el prolypopileno, las canastas de supermercados y sillas, HDP de inyección, botellones; PVC, tuberías y el policarbonato, materia que abunda en los vertederos del país.
Comenta que a pesar de que el Estado no ofrece facilidades para los emprendedores que se dedican a esta tarea, en el territorio nacional existen unas 15 empresas de reciclajes de metales, hierro cobre, bronce papel periódico, de oficinas y cristales, entre otros.
En ese sentido, Albina Ruiz Ríos, especialista peruana en mecanismo de reciclaje, expresó en su reciente visita al país que la República Dominicana debe invertir más en educación y capacitación para motivar el reaprovechamiento de materias reusables.
Asimismo, Ruiz Ríos, considerada, además “la madre de los recicladores”, título alcanzado por haber convertido a miles de recolectores informales (buzos), de residuos en micro empresarios competentes, aseguró que la nación sí tiene futuro en el reciclaje, pero debe dinamizarse, no solamente, en la selección de la fuente, sino también en la inversión y la inclusión de más empresas exportadoras como las plastiqueras, papeleras y otras.
Duquesa
Muchos materiales son sepultados por la falta de iniciativa, facilidades y apoyo del Estado en el vertedero de Duquesa, al cual ingresan desde la capital unas 2000 a 2,100 toneladas de basura a diario. De igual forma otras materias químicas, que ni siquiera son tomadas en cuenta para generar energía.
Para la madre de los recicladores es necesario un estudio de toda la zona impactada del vertedero, que pretende buscar un área donde se empiece a trabajar en una trinchera sanitaria urgente. “Siempre es más caro remediar, porque requiere invertir más dinero y eso sucede con el Duquesa, debido a que miles de toneladas de residuos se quedaron sin tratamiento, los cuales van a generar gases” alertó la experta Albina Ruiz Ríos.
De igual forma, el Banco Interamericano de Desarrollo señala que el “vertedero controlado” Duquesa tiene una vida operacional esperada que termina en el 2015. Esto, por la cercanía al aeropuerto del Higüero, lo que está forzando una fecha de clausura más cercana. El último estudio sobre la temática estimó necesario el cierre para el 2011. Sin embargo, considerado que el período de tiempo promedio desde la identificación del lugar para un nuevo relleno sanitario hasta la entrada en operación es de casi 5 años, urge iniciar la búsqueda.
Ante esta situación y con la poca inversión en el reciclaje, la República Dominicana está perdiendo un bien preciado, aprovechado en su máxima expresión en países con visión de futuro como Alemania, que ha incursionado en un plan piloto, recogiendo los residuos de alimentos en los mercados mayoristas de frutas, verduras y cafeterías para fomentar y obtener metano (Biodigestor), utilizado después en vehículos que funcionarán con gas natural.
Mientras las autoridades y los empresarios dominicanos despiertan de su letargo, dos jóvenes emprendedores criollos están trillando, con sus propios esfuerzos, el camino que tiene como destino llegar a la industria del futuro, explotarla y recuperar la riqueza que durante décadas ha sido tirada al zafacón.
Jóvenes emprendedores trillan camino del reciclaje
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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