Se acerca la fecha de celebración, el próximo 28 de enero, de la cumbre que debe reunir a las “Fuerzas Vivas de la Nación”, como la ha denominado el presidente Leonel Fernández, y las voluntades en cuanto a la participación permanecen divididas en el país.
Organizaciones como el Foro Ciudadano han declarado su no participación, por considerar las señales del Gobierno contrarias al diálogo. Por su parte, el Foro Social Alternativo no sólo entiende que existe una creciente desconfianza y falta de credibilidad en la dirección del país, sino que también ha convocado a sus 254 organizaciones para llevar a cabo una cumbre alternativa o paralela a la organizada por Fernández.
En tanto, el Partido Revolucionario Dominicano sigue dividido en cuanto a su participación en la cita, mientras que los reformistas han plasmado su propuesta en temas que proponen inicialmente a esta cumbre “por un pacto para la gobernabilidad, la sostenibilidad macroeconómica y el desarrollo del país”.
Quizás, en medio de la falta de credibilidad existente, en sentido general en el país, tal y como escribió el colega Fabián Suero en estas mismas páginas, debieran “deben darle una última oportunidad al mandatario y al gobierno del Partido de la Liberación Dominicana, conscientes de que la magnitud de la crisis no permite juegos ni trucos”.
Los tiempos que corren no perdonan olvidos y desuniones. El mundo arde, por dentro y por fuera, en desencuentros y fatalidades que han llevado a una crisis, más que económica, existencial y ética. La República Dominicana se abate entre males que la han dañado demasiado y éste es un tiempo de salvación y terapias, porque de calamidades, miserias y violencias extremas ya el pueblo está harto.
