Organizaciones políticas se resisten a que se envíen a los medios de comunicación y a los centros de cómputos de los partidos simultáneamente, las actas de votación que lleguen a la sede de la Junta Central Electoral (JCE), desde todos los recintos de votación del país. ¿A qué se debe esta obstinación?
No se entiende esta actitud, si estamos a las puertas de uno de los procesos más transparentes- se supone-, que debía terminar con las prácticas oscuras del pasado, esas que han costado sangre y traumas a la población.
El presidente de la Junta, Roberto Rosario, dijo no temer a esos sectores minúsculos que se oponen a que se cumpla lo aprobado por el pleno del organismo el pasado viernes.
Entiende Rosario que este es un exceso de transparencia por parte del tribunal comicial, que llevaría tranquilidad a la población y acabaría con los privilegios de muchos jueces y delegados de partidos políticos, los cuales tenían la posibilidad de ver boletines y actas antes de ser publicados.
Si buscamos institucionalidad y democracia, ¿por qué resistirnos a que sea el pueblo, que es quien elige a sus representantes, que posea esta prerrogativa y facultad para determinar verdades sin adulterarse?
¿O seguiremos con el pataleo innecesario e inválido que solo crea incertidumbres y manchas en los procesos?
¿Por qué la resistencia?
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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