Una de cada trece mujeres, aproximadamente, se nombra Altagracia en República Dominicana, como si sus madres quisieran, no sólo rendir tributo a la virgen, sino tenerla como protectora especial de su hija.
Su nombre lo pronuncian a todo lo largo y ancho del territorio nacional sin distinción de edades, clases, ni sexos: Altagracia o Tatica, la de Higüey: la protectora de la República Dominicana y madre espiritual de cada dominicano, considerada por muchos parte de la identidad nacional.
En tiempos tan difíciles como los actuales, necesitamos afianzarnos en esa fuerza divina que permita superar las vicisitudes que afectan a la nación.
Ojalá que la protección de Tatica ilumine a los políticos y responsables de guiar los destinos de este pueblo y sobre todo a los encargados de organizar el próximo proceso electoral, para que sean unos comicios transparentes, donde la democracia resulte ganadora.