Londres (EFE).- Henry Siegman, ex director del Consejo Judío Americano y colaborador de la Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior (FRIDE), con sede en Madrid, acusa a Israel de haber mentido con respecto a la crisis de Gaza y a la prensa estadounidense de haber aceptado esas mentiras.
En declaraciones a EFE con motivo de su visita a Londres, Siegman dijo que los grandes medios de comunicación norteamericanos aceptaron sin cuestionarla la afirmación oficial israelí según la cual cualquier país que se hubiese visto atacado como Israel por los cohetes de Hamás habría reaccionado de la misma forma.
Según Siegman, fue Israel y no Hamás quien violó la tregua firmada por las dos partes porque esta última se comprometió a no disparar más cohetes contra Israel a cambio de que Israel dejase de estrangular a la franja de Gaza, algo que no ocurrió.
Durante el período de tregua, precisó, las Fuerzas de Defensa israelíes entraron en Gaza y mataron a seis miembros de Hamas, a lo que esta organización respondió lanzando misiles, pese a lo cual ofreció a Israel prolongar la tregua a condición de que terminara el bloqueo.
Según Siegman, todo el mundo parece haber olvidado que Hamas declaró el fin de los atentados suicidas y de los disparos de misiles cuando decidió sumarse al proceso político palestino.
Sin embargo, cuando la gente de Hamás ganó las elecciones, Israel y EE.UU trataron de deslegitimar los resultados y abrazaron en cambio a Mahmoud Abbas, el líder de Al Fatah, a quien hasta ese momento los líderes palestinos se habían referido como a un "pollo desplumado".
En opinión del judío Siegman, Hamás no es una organización "más terrorista" que lo era el movimiento sionista en su fase de lucha por un hogar judío en Palestina.
Siegman describe a Hamás como "un movimiento nacionalista religioso que recurre al terrorismo" como hicieron en su día los sionistas, y aunque la ideología de Hamás reclama el establecimiento de un Estado palestino sobre las ruinas de Israel, esa reivindicación "no determina su actual política como la carta de la OLP no determina tampoco las acciones actuales de Al Fatah".
En apoyo de sus tesis, expuestas también en el London Review of Books, Siegman utiliza con frecuencia entrevistas con dirigentes militares o políticos israelíes publicadas en el propio Israel, donde, a diferencia de lo que ocurre en EE.UU., según dijo a EFE aparecen con frecuencia artículos de opinión muy críticos con la línea oficial.
El problema, agregó, es que la prensa estadounidense "no ha cumplido su papel", que debería ser el de "comprobar por sí misma los hechos" y no creerse a pie puntillas la versión oficial tanto israelí como de Washington.
Preguntado por el nombramiento del ex senador norteamericano George Mitchell como enviado especial del presidente Barack Obama para Oriente Medio, Siegman se mostró en principio esperanzado.
"Es un buen nombramiento, pero hasta el mejor enviado no podrá hacer nada a menos que el propio presidente de EE.UU. tenga unos objetivos políticos muy claros y se los comunique con toda claridad a las partes", afirmó.
Para el colaborador de FRIDE, la única solución aceptable es la retirada de Israel a sus fronteras anteriores a la guerra de los Seis Días (1967) con alguna modificación fronteriza para incorporar dos o tres bloques de asentamientos aunque habría que compensar a los palestinos con otros terrenos equivalentes.
Israel y los palestinos deberían además compartir Jerusalén, cuya parte oriental sería la capital del nuevo Estado palestino, señaló Siegman, para quien es también muy importante la solución del problema de los refugiados.
Debería permitirse a éstos regresar al futuro Estado palestino aunque tal vez reasentando a una parte de ellos en otros países, incluido el propio Israel, pero no como imposición sino fruto de negociaciones.