Cabilderos profesionales

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||

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El cabildero profesional es una persona que hace del cabildeo su ocupación y que recibe un estipendio.
 
Napoleón Bonaparte ponía tres cuarto de cerebro en alerta y un cuarto para escuchar. Así no era sorprendido por el cabildero y evitaba la corrupción.
 
En una audiencia el capitán Moreau le solicitó ser asignado comandante de una compañía del ejército que estaba en Italia. Napoleón mira al mariscal Duroc y expresa: “cuando le hagan una solicitud mediante la cual antepongan los intereses personales a los del servicio, dígale que no, si usted la concede, alimenta la corrupción. Y ordena el encierro al capitán recordándole que él es artillero, no administrador”.
 
Un amigo nos refirió que un doctor le solicitó al presidente Joaquín Balaguer que lo nombrara secretario de Salud Pública. Balaguer dijo: “Solo solicitan el Seguro Social y Salud Pública. Nadie desea ir a sanar a los que están en el hospital del kilómetro 25. ¿Por qué será?”.- El médico, cabizbajo se retiró sin pito y sin flauta.
 
La Liga Municipal es apetitosa, jugosa fruta de cabildeo. ¿Qué administra? Justo sería que el secretario general de la Liga Municipal ejerciera sus funciones y no se oiga el grito vergonzoso de los síndicos que no reciben la debida asignación del dinero que establece la Ley.
 
Los informes de la Cámara de Cuentas son fiel retrato, sin retoques, de los cabilderos. No se borra el informe que determina RD$117 millones sin aclarar durante la gestión de Amable Aristy en la Liga Municipal.
 
Nos alegra que el decreto 768-11 declare el año 2012 “El Fortalecimiento del Estado Social y Democrático de Derecho en la República Dominicana”. ¿Quiénes son los llamados al fiel cumplimiento de este decreto? Sencillamente, todos los dominicanos. Los que juran cumplir y hacer cumplir la Constitución y Leyes al asumir un cargo público. Los que no ejercemos funciones públicas estamos obligados como ciudadanos a obedecer lo que la Constitución y las Leyes ordenan.
 
Los dominicanos esperan que dicho decreto impulse a los legisladores que violan el artículo 146 de la Constitución, con su autoasignación de dinero con el funesto barrilito que se sujeten al Estado de Derecho.  Cuyo poder y actividad están regulados y controlados por la Ley, su autoridad deriva de la voluntad general del pueblo. Como características concretas del Estado de Derecho están:
 
1ro. El imperio de la Ley: La ley como expresión de la voluntad general del pueblo.
 
2do. Separación de los Poderes del Estado: Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Ninguna de estas tres ramas pesa más su influencia a las otras. Hay equilibrio de poderes.
 
3ro. Legalidad de la administración. Esta actúa de acuerdo con las regulaciones legales y está sujeta al control judicial.
 
4to. Derechos y libertades fundamentales. La autoridad estatal respeta el ejercicio de las garantías constitucionales por parte de los ciudadanos y lo garantiza poniendo la maquinaria estatal al servicio de quienes se sientan lesionados en sus derechos civiles y políticos.
 
Amemos la obediencia, es el ejercicio de la buena costumbre. La moral. Miremos a nuestro interior  no nos hagamos daños a nosotros mismos y a los demás. Es un mal muy grave, crea desequilibrio, altera el orden violar  la Constitución, se establece la no institucionalización. ¿Qué clase de ciudadano soy yo si adquiero dinero violando la Constitución?
 
Todos los dominicanos estamos en la obligación natural de formar el Estado social de desarrollo económico y político alcanzado por nuestra cultura. Seamos civilizados. A nuestro humilde entender es el llamado que nos hace el decreto 768-11. Le damos la sentida bienvenida de amor de patria. Lo abrazamos, lo necesitamos y estamos obligados a su fiel cumplimiento. Para eso somos hijos de esta tierra y seremos felices transitando en: Yo estoy bien-la República Dominicana está bien. Esa es la democracia Duartiana que merece la familia dominicana.
 
Nuestro invitado de hoy: El sabio Bias de Priene: “La mayoría de los hombres es mala”.
 
El autor es vicealmirante retirado de la Marina de Guerra.