Sin duda, los tiempos andan “al rojo vivo”. Aunque en muchas naciones las mayorías hablan de una crisis que padecen desde hace lustros, el FMI acaba de pronosticar el mayor de los derrumbes económicos para el actual año, superior a las últimas seis décadas; en tanto que los despidos laborales se multiplican en los Estados Unidos y Europa.
En el país, el presidente Leonel Fernández pide apoyo a las “fuerzas vivas” a través de la Cumbre organizada bajo su dirección y llama a crear alianza para diseñar medidas que mitiguen la crisis.
La reforma constitucional se pospone en su conocimiento, según Fernández “hasta tanto podamos conocer de los resultados de la cumbre”, cumpliéndose así la demanda empresarial de aplazar el debate y no lo exigido por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y el Foro Social Alternativo (FAS), entre otras fuerzas.
Resulta inválido el análisis de si debió comenzar antes esta “terapia intensiva”, contra un mal global que, particularmente, golpea fuerte a los hogares dominicanos.
Las primeras conclusiones de la cumbre serán presentadas el 27 de febrero, tal y como precisó el presidente y la propuesta constitucional, presentada en septiembre pasado, será conocida por el Poder Legislativo en la próxima legislatura, que comienza el 27 de febrero.
Fernández habla del sentido de equilibrio, al avanzar en los dos aspectos cruciales que significan la reforma constitucional y las medidas para enfrentar la crisis.
¿Tiempo para asumir ideas que integren un plan de acción? ¿Tácticas y estrategias de la dirección del país, a fin de concluir por cuáles caminos continuamos, o intentamos continuar?
El presidente dominicano sabe que el tiempo no está a su favor y que el desarrollo de “una alianza estratégica y de cooperación permanente” es sólo parte de ese enfrentamiento a lo que calificó de “tormenta que hoy día encontramos en el horizonte”; aunque en realidad, hace tiempo que los vientos huracanados soplan y muy fuertes.