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La bandera nacional de Sonia Pierre

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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La muerte de Sonia Pierre conmueve.
 
Sonia Pierre con todo su derecho abrazó de una manera muy particular la defensa de los derechos humanos, en específico de sus compatriotas haitianos.
 
Fue tal su activismo que llamó la atención de organizaciones internacionales.
 
En su afán “por demostrar los alegados maltratos a los haitianos” acusó a la República Dominicana de ser esclavista, sometiendo a la nación de Juan Pablo Duarte y Los Trinitarios a los tribunales internacionales, en otras palabras desacreditó a los gobiernos de la República Dominicana.  Para esa labor tuvo aliados poderosos como el ex presidente Bill Clinton; el gobierno de los Estados Unidos, Canadá y Europa.
 
Todas estas naciones que hacían coro a Sonia Pierre, la usaban como escudo para evadir las responsabilidades que tenían por el saqueo de las riquezas en Haití y la pobreza imperante, tratando de obligar al gobierno dominicano de asumir una responsabilidad que no era suya, sino de la comunidad internacional.
 
Las grandes potencias tienen un plan maestro para la unificación de la isla de Santo Domingo o Quisqueya que comparten la República Dominicana y Haití.
 
En la práctica esto marcha viento en popa, porque los haitianos caminan libremente sin que nadie lo toque ni mucho a las autoridades les interese enfrentar esa realidad.
 
Resulta ultrajante, indignante y abusivo que se coloque la bandera nacional para cubrir los restos mortales de Sonia Pierre, cuando esta en vida atacaba despiadadamente y de manera desconsiderada a la República Dominicana, que le sirvió de base de sustentación para su desarrollo humano y social.
 
Escribo esto porque como dominicano que no olvido la lucha de Juan Pablo Duarte, Francisco del Rosario Sánchez, Ramón Matías Mella, el general Pedro Santana, Gregorio Luperón, Juan Sánchez Ramírez y Los Trinitarios combatieron a la prolongada ocupación haitiana llena de crímenes horrendos y abusos incalificables.
 
Si me callo dejaría de ser yo y por eso lo hago, no importa lo que digan o puedan pensar los Guacaganarí de siempre: prefiero ser un Enriquillo solitario que vivió y murió por su libertad, que ser un esclavo de la cobardía.
 
En este momento de dolor para la comunidad haitiana y los familiares de Sonia Pierre, mi condolencia, y demás está decir que lo cortés no quita lo valiente.
 
La bandera que debió cubrir los restos de Pierre era la haitiana, por la cual luchó, no la dominicana. Eso creo.

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