La población dominicana observa con preocupación el detenimiento y la situación innecesaria en que se encuentra sumergida la Junta Central Electoral (JCE), de cara a las elecciones del 2012.
Se hace necesario que las autoridades de la JCE despejen cualquier duda e inconvenientes que pueda incrementar el traumático desarrollo de la contienda electoral programada para el próximo 20 de mayo, debido a las consecuencias negativas que podría mermar la concurrencia de los electores al certamen.
La República Dominicana no puede darse el lujo de un estancamiento entre las dos principales fuerzas políticas y que se convierta en un retroceso institucional de la transparencia, solidez y confianza alcanzada por la Junta Central Electoral en la última década.
Es un deber de los representantes de los partidos de la Liberación Dominicana (PLD), Revolucionario Dominicano (PRD), y cualquier otra organización política del sistema, llegar a un acuerdo sobre las propuestas que presentarán a la dicha institución comicial, que amerite discutirse para resolver los obstáculos que ponen en peligro la participación masiva de los ciudadanos y ciudadanas en el proceso electoral.
Confiamos en la experiencia del histórico mediador del diálogo, monseñor Agripino Núñez Collado, para que las respectivas organizaciones busquen un eje común que perfile y nutra la conversación diáfana y acabe de una vez con el conflicto de la Junta.
Impasse que afecta
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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