En Caracas, Venezuela, tiene lugar la conformación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), como “signo de la unidad en medio de la diversidad», aseguró el presidente del capítulo Venezuela del Parlamento Latinoamericano (Parlatino), Rodrigo Cabezas.
Se abren paso las frases del maestro: unidad de criterios no significa servidumbre de opinión. América Latina protagoniza escenas que lustros antes nadie hubiera podido prever así, en medio de crisis globales, éticas, de valores múltiples, de guerras y asesinatos inconcebibles, aun cuando “el resto del mundo evidencia una crisis del sistema capitalista”, la América Nuestra, como la llamó José Martí echa a andar y enfrenta como pocos tantos desgastes de siglos plenos de sufrimientos.
Quizás la propia experiencia de pasar peores tiempos ha fortalecido esta tierra de negros, blancos, indios, mestizos, gentes de todas partes que se han cobijado en este nido común de la madre tierra.
Específicamente, la CELAC se lleva a cabo con la asistencia de los jefes de Estado de los 33 países latinoamericanos y caribeños y enfatizan los cables informativos cómo a dos siglos de la convocatoria de Simón Bolívar acerca del Congreso Anfictiónico de Panamá, esta cumbre “es el punto de partida para un nuevo modelo de cooperación en la región”, en la cual coinciden muchos al asegurar que no dejan de ser casi infinitos “los retos a vencer para alcanzar los objetivos del proceso de integración regional”.
Se habla de “una nueva estructura financiera para el subcontinente y desdolarizar el comercio intrarregional con el uso del Sucre (Sistema Único de Compensación Regional), para los intercambios comerciales entre nuestros países”. La batalla de la industrialización y contra las grandes diferencias sociales, esa inequidad y desigualdad que maltrata el aire que respiran nuestros pueblos. De todo esto se habla en estos días en la CELAC.
CELAC: unidad en la diversidad
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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