Teherán (EFE).- Irán niega que se hayan producido negociaciones oficiales secretas con Estados Unidos y advierte que no se entablarán hasta que Washington no cambie "su política agresiva" hacia la República Islámica.
"A fecha de hoy, no ha habido ningún tipo de contacto oficial con los norteamericanos", aseguró el ministro iraní de Inteligencia, Gholan Husein Mohseniejeie, a quien cita hoy la cadena de televisión local PressTV.
El ministro, sin embargo, no descartó que haya habido algún tipo de aproximación no oficial.
"Ha habido momentos, en algunas conferencias y encuentros, en que responsables iraníes han saludado a colegas de otros países. Seguirá siendo así en el futuro, pero a eso no se le puede denominar negociación", subrayó.
"Las negociaciones demandan ciertos requisitos" que no se dieron durante la anterior administración estadounidense, presidida por George W. Bush, puntualizó Mohseniejeie.
Días atrás, el director ejecutivo de la sección estadounidense de la prestigiosa organización Pugwash, Jeffrey Boutwell, aseguró que altos representantes de Estados Unidos e Irán habían mantenido reuniones secretas, primero en Holanda y después en Austria.
En las mismas habría participado el ex secretario estadounidense de Defensa William Perry, quien formó parte activa en la campaña que llevó a la Casa Blanca al actual presidente Barack Obama, apuntó Boutwell, cuyo grupo fue galardonado en 1995 con el premio Nobel de la Paz.
En noviembre, el presidente del Parlamento iraní, Ali Larijani, confirmó que Irán recibió una carta del Congreso de EEUU relativa a negociaciones parlamentarias entre los dos países, pero que Irán no dio ninguna respuesta y prefirió posponerla hasta que pasaran las elecciones estadounidenses.
Una vez jurado el cargo, Obama volvió a insistir esta semana en que su administración está dispuesta a tender la mano si Irán decide "abrir el puño".
La propuesta ha sido acogida con cautela en Teherán, que ha indicado que la respuesta será positiva siempre y cuando Washington realice un cambio fundamental y de actitud.
Estados Unidos e Irán rompieron relaciones diplomáticas en abril de 1980, tras el asalto a la embajada estadounidense en Teherán y el triunfo de la revolución islámica que derrocó a la monarquía pro occidental del último Sha de Persia, Mohamad Reza Pahlevi.
Sin embargo, las raíces del conflicto entre ambos países se remontan a 1953, año en el que un golpe de Estado planeado y ejecutado por la CIA acabó con el gobierno democrático del primer ministro nacionalista Mohamad Mossadegh y devolvió el poder absoluto al Sha.
Al final de la década de los noventa, Irán y Estados Unidos estuvieron muy cerca de retomar su relación.
En marzo del año 2000, la entonces secretaria de Estado estadounidense, Madeleine Allbright, llegó incluso a reconocer la participación de su país en el golpe de 1953 y el error que supuso.
Pero el acercamiento no prosperó y en septiembre de 2002 incluso empeoraron de nuevo las relaciones, después de que un informe desvelado por la oposición iraní en el exilio levantara sospechas sobre el programa nuclear de Irán.
Desde entonces, Estados Unidos, secundado por Israel y la UE, acusan a Irán de ocultar un programa secreto paralelo para la adquisición de un arsenal de armas atómicas.