En México diariamente 800 personas cumplen los 60 años de edad. Las interrogantes serían: ¿Con salud?, ¿Con calidad de vida? ¿Con alegría, plenitud e interés en el futuro? El envejecimiento de la población puede considerarse un éxito de las políticas de salud pública y del desarrollo socioeconómico aunque también, un reto para toda sociedad.
Según el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores actualmente viven en el país 8.8 millones de personas de la tercera edad y se espera para el 2030, que ese grupo crecerá a 20.7 millones, donde las mujeres serán mayoría. Se considera que la vejez presenta un rostro esencialmente femenino, con sus ventajas y oportunidades, a pesar de que nacen más hombres que mujeres, muchos hombres mueren antes que ellas (1).
El envejecimiento de la población reclama profundos cambios, que exigen una re-definición del significado social de la vejez y de las formas de integración social y cultural, de esas personas que poseen el privilegio de alcanzarla.
Corresponde a quienes toman decisiones políticas y gubernamentales, reflexionar esos datos con perspectiva de género, para proceder con inteligencia a fin de desarrollar verdaderas políticas públicas en aras de hallar soluciones favorables.
La edad cronológica, tiene distinto ritmo para cada persona, por tanto el envejecimiento no es el mismo en todos los casos y se percibe cuando vemos a alguien que parece más joven de lo que realmente es. Se trata de mantener y alcanzar una vida plena, digna y tener todos beneficios individuales en los ámbitos social, familiar y económico para su desarrollo (2).
Con la prolongación de la vida, aparece un aspecto adicional: las de enfermedades crónicas y degenerativas, así como la discapacidad y limitaciones físicas por los años vividos.
El análisis publicado por el Centro Fox señala que el estado deberá focalizar su atención en servicios especialmente dirigidos a esta población, ejemplarizado por los seguros médicos, que carecen de determinadas coberturas para las clases más desprotegidas. El Seguro Popular, todavía tiene limitantes que colocan a México entre las tasas más negativas de América Latina, junto con Venezuela, Honduras y El Salvador.
Hallar nuevos caminos exige aunar los esfuerzos de varias entidades para ejecutar un trabajo de conjunto ante las necesidades siempre crecientes, porque la remuneración del retiro no alcanza. Es triste carecer de lo imprescindible después de haber dedicado la vida útil a la producción o los servicios y tener que pedir ayuda a familiares cercanos o en el exterior.
La perspectiva poblacional sobre la vejez tiene “pronóstico reservado” según término médico, y se avecina un cambio vertiginoso hacia este franco envejecimiento general. La misión estatal está definida: promover el desarrollo humano integral de las y los adultos mayores, para alcanzar niveles de bienestar y alta calidad de vida, reduciendo las desigualdades extremas y las inequidades de género.
Las propuestas existen, desde ofrecer una mayor orientación financiera para ayudar a quienes trabajan a planear su jubilación, hasta elevar la cobertura del sistema de Seguridad Social. Lo substancial, tener calidad de vida hasta el último momento, porque según Mario Benedetti (3): “…defender la alegría como un principio/ defenderla del pasmo y las pesadillas/ de los neutrales y de los neutrones/ de las dulces infamias /y los graves diagnósticos…
Defender la alegría de vivir
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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