La perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo real o imaginario, es miedo, y también el recelo o aprensión que uno tiene de que suceda una cosa contraria a lo que se desea. Ese cuadro proyecta la campaña de Hipólito Mejía.
Incurrieron en el grave error de inculcar a sus seguidores que la batalla se libraría en base a un margen de ventaja muy holgada, aún cuando el análisis frío hacia prever que en su mejor escenario sería una contienda reñida, y ahora que se han borrado los cartones, y se ha producido el punto de encuentro entre las dos candidaturas que polarizan la campaña, una bajando y la otra subiendo, no hallan como justificarse.
Las últimas encuestas publicadas establecen que Danilo ya les ha sacado algunos cuerpos de ventaja, y la mejor demostración de que los perredeístas son conscientes del ascenso de Danilo, es que han emprendido contra él acciones de ataque directo. Más sabia, la campaña del PLD y sus aliados, más que en los números enfatiza en las tendencias.
Ante la realidad de que el panorama les presagia resultados amargos, la principal ocupación del vocerato de la campaña del PRD ha sido la de empezar a construir las justificaciones de su derrota.
Van a perder, es lo que quieren traslucir, por el empleo de recursos del Estado a favor de la candidatura de Danilo Medina, denuncia que formulan sin base.
La supuesta prueba de que serán empleados recursos del Estado, se extrae de un conversatorio del presidente Fernández con dirigentes peledeístas en Nueva York, a los que les dijo que la eliminación de las restricciones que ausentaron más de 40 mil millones de pesos en el primer semestre del año, mejorarán la imagen del gobierno, lo que a su vez impactará de manera positiva en la candidatura de Danilo Medina.
Se trata de ejecuciones contempladas en el presupuesto y que responden a clamores y necesidades muy sentidas.
Lo lamentable es que se quiera sustentar el éxito de una candidatura sobre la agudización de las carencias de los más pobres, lo que expresa que no hay aprecio por la gente.
Un tema del que el candidato del PRD no halla como desembarazarse es la tarjeta Solidaridad. En su discurso de proclamación dijo que estaba en manos de borrachones (usada para comprar alcohol), después quiso retractarse diciendo que la ampliaría, y ahora resulta que la va a quitar porque está en manos de peledeístas.
Otra de las suyas es, que no conforme con haber mandando a los clientes del Banco Agrícola a no pagarle a esa institución, les ha dicho a suplidores y contratistas del gobierno que, en caso de llegar a la presidencia, no honraría los compromisos con ellos, y a los empleados públicos los tiene advertidos de que les pasaría el rodillo.
Pero además de alertar a esos sectores de los peligros a los que se exponen, su campaña le ha hecho un obsequio invaluable a la de Danilo al emplear fondos para promover uno de los detalles más cautivadores del candidato peledeísta: su sonrisa.
A ojos y oídos de todos, están saliendo a relucir las razones por las que el pueblo dominicano jamás volverá a equivocarse.
