Aunque República Dominicana posee uno de los más altos índices de crecimiento del Producto Interno Bruto per cápita en la región en las última dos décadas: “el país sigue a la cabeza de América Latina y el Caribe en cuanto a nivel de desempleo, baja tasa de generación de trabajo y la calidad de éste, mayoritariamente del sector informal”, tal y como explican fuentes publicadas al respecto.
En realidad, la paradoja se produce cuando se mide un crecimiento económico “estable”, frente a un alto nivel de desempleo que persiste y, lamentablemente, no está suficientemente analizado en el proyecto de ley sobre estrategia de desarrollo debatido en el Congreso Nacional.
El Instituto de Estadísticas y Estudios Interdisciplinarios para el Desarrollo (IDEE), han recomendado a la Comisión bicameral discutir en torno al anteproyecto de Estrategia Nacional de Desarrollo (END), en cuyo documento, sometido por el director ejecutivo del Instituto, Julio Mejía, éste alerta sobre el insuficiente análisis “del rezago en el mercado laboral dominicano, que persiste a pesar del sostenido crecimiento económico del país, lo cual puede afectar el logro de algunas de las metas en torno al empleo y la desocupación”.
También preocupa en la economía dominicana el “bajo nivel de salarios, poco impacto del crecimiento económico en la reducción del desempleo y en la productividad del trabajo”, que según advierten, “para que la Oficina Nacional de Estadística pueda realizar las funciones que le asigna la END, va a requerir una reforma del marco institucional que regule la producción, distribución, almacenaje y difusión de las estadísticas del sector público”.
En fin, que sólo las cifras no hablan por sí solas, hay que sumergirse en los análisis de la realidad, para comprobar que la participación y evaluación de la comunidad científica se imponen en tales momentos.
