Mientras la atención se dirige a la crisis alimentaria mundial, crisis que ha existido para los pueblos tercermundistas desde hace siglos, el secretario general de la ONU dirige su voz, una vez más, a los gobernantes y políticos de las naciones para que atiendan los cambios climáticos, que no sólo amenazan la vida de muchas especies animales marinas y terrestres, sino a la humana, en primer orden.
“Ban Ki-moon dijo que la situación se ha mezclado con la desaceleración económica mundial, que hace más difícil a los líderes políticos tomar decisiones impopulares”.
Comenzando por casa, como dicen los viejos y sabios refranes, las prioridades de muchos políticos aquí están dirigidas a alcanzar el poder por encima de todo y, como afirmó Ki- moon en una conferencia sobre desarrollo sostenible en Nueva Delhi, “…deben sobreponerse y mirar más allá de su liderazgo político personal. Tienen que demostrar su liderazgo como líderes globales".
Muchas negociaciones gubernamentales se han llevado a cabo. Infinitas páginas han colmado agendas de trabajo, internacional y nacionalmente, con acuerdos que deben culminar este año 2009 y tratados obligatorios sobre la reducción de gases de invernadero.
En 2012, expira el Protocolo firmado en 1997 en la ciudad japonesa de Kyoto, vigente desde 2005, el cual demoró demasiado en ser obligatorio, en tanto que los efectos del calentamiento colmaron las entrañas benéficas del universo y se explayaron en catástrofes, cuyas consecuencias son cada vez mayores. Unos 190 países trabajan en un tratado climático que sustituya al mencionado Protocolo.
La necesidad de reducir y abatir los gases de invernadero, es una parte de las múltiples obligaciones que tienen las naciones industriales, antes de 2012. Estados Unidos es responsable de más del 20% de la contaminación climática; también China, India y Brasil deben asumir inmediatas soluciones, o de nada valdrán los esfuerzos por crecer en sus economías emergentes.
El secretario de la ONU llama a los líderes políticos del mundo, de las naciones ricas y los países en vía de desarrollo, a mirar más allá de la política nacional para alcanzar un acuerdo en Copenhague y advierte sobre grandes retos que implican un compromiso mayor para reducir las emisiones, “fijando objetivos ambiciosos a medio plazo… con soluciones creíbles”.
En la República Dominicana, la cumbre de las fuerzas vivas discute diversos temas, aún queda por ver cuánta importancia se le está dando a lo que en verdad resulta insoslayable e impostergable.