Los estrategas del gobierno del Partido de la Liberación Dominicana, en un esfuerzo olímpico, quieren endilgarle los pecados y yerros de la Administración Fernández al Partido Revolucionario Dominicano.
Los peledeístas rezan al dios-brasa para que llueva candela en el seno del partido blanco y de esta manera sacudirse del lugar que le otorgan las encuestas y los sondeos que se han realizado por diferentes medios.
Haciendo una lectura crítica del discurso publicitario de Danilo Medina, llegamos a la conclusión de que el candidato presidencial peledeísta, con suma discreción no quiere cargar con el fardo de su propio gobierno y esto, a nuestro entender, va a provocar la debacle y el rompimiento entre los estratega de campaña de Danilo y los del gobierno.
En esta gestión lo que no se está haciendo en materia de salud, educación y seguridad ciudadana para las personas, Danilo dice en un Spot de televisión que él será su guardián.
En una publicidad oficial, los peledeístas dicen que el país está mejor ahora que hace siete años; mientras en otra, Danilo la desaprueba, asumiendo y reconociendo la administración brasileña que ayer encabezó Inacio Lula Dasilva y hoy continúa la presidenta Dilma Rousseff.
Una prueba más es que Danilo expresa que no participará en actividades organizadas por el gobierno para que no se diga que a su favor se utilizan los recursos del estado, pero al decir verdad, es que la gestión del presidente Fernández está muy mal parada en el electorado.
Son siete años de angustia, lamento y desilusión los que han representado la gestión peledeísta en el gobierno.
Su “gran logro”, una macroeconomía sostenida sobre la base de préstamos, con la construcción en Santo Domingo de una primera línea del metro, cuyos críticos confiesan que solo ha dejado pérdidas al estado y una segunda línea, cuya licitación tuvo que quedar desierta, porque ninguna empresa se interesó en ella.
Ante el desplome estrepitoso de la popularidad del gobierno, nuestro presidente toma vuelo y llega a los escenarios internacionales a conceptualizar, arengar y a enderezar entuertos mundiales y en un grito llama a un consenso global contra la especulación en los precios de los alimentos y el petróleo para evitar que más de mil millones de personas en el mundo sufran hambre.
El presidente Fernández fuera de nuestro territorio es un habla lindo, un conceptualizador, conferencista de primera, pero su propia casa no es capaz de ponerla en orden, la cual está siendo devorada por las alzas desmedidas de los precios de la comida, el narcotráfico, el crimen organizado, la delincuencia y el sicariato.
