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Temen brote de enfermedades por aguas negras

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Barahona.- El temor y la desesperación se apoderan de los residentes en la calle Capotillo del barrio Villa Estela de esta ciudad, ante la posibilidad de que se produzcan brotes de enfermedades por la gran cantidad de aguas negras y cloacales estancadas en la vía.

El presidente de la Junta de Vecinos “Nuevo Amanecer”, Ramón Antonio Fernández, dijo que en la calle se estacan todas las aguas y desperdicios que se producen en los barrios Las Flores, Cañada de Papoy y otros de la parte alta de esta comunidad.

Dijo que además de las aguas negras y cloacales, la vía está intransitable que ni los animales pueden desplazarse por la misma, por lo que hizo un llamado a las autoridades municipales a que envíen al lugar equipos pesados para su reparación y la canalización del agua.

El dirigente comunitario manifestó que han enviado comunicaciones a las diferentes entidades gubernamentales y municipales explicándoles el problema.

Fernández dijo que las aguas penetran algunas viviendas de la calle Capotillo, por lo que están valorando realizar un plan de lucha para que las autoridades escuchen sus exigencias.

“Nos están obligando a realizar acciones de protestas radicales, como una huelga y piquetes en las entidades municipales y del gobierno, porque ya no aguantamos más”, apuntó.

Agregó que la situación mayormente radica desde la avenida Luperón hasta la calle General Cabral, donde se forman grandes charcos de aguas.

Indicó que en los procesos electorales, los políticos acuden a la barriada donde prometen que repararían la calle, pero nunca cumplen sus promesas.

El dirigente comunitario dijo que las familias que viven en la vía están atemorizadas ante la posibilidad de que ocurran brotes de enfermedades como dengue entre otras.

El 2009 encontró esta provincia con un alto índice de desempleo y unas 30 obras oficiales paralizadas, los sistemas sanitarios y pluviales inservibles, una planta de tratamiento de aguas negras abandonada y un mercado público convertido en un foco de infección.

Además, con un servicio de recogida de basura y agua potable aceptable, un sistema eléctrico que va de mal en peor y la salud que ha mejorado un poco.

Actualmente, en la provincia la única fuente de trabajo es la Zonas Franca, donde laboran cerca de 2 mil personas, y el ingenio Barahona, donde trabajan unas de 3 mil en tiempos de zafra, por lo que urge la instalación de otras empresas generadoras de empleos.

Las obras paralizadas, algunas de las cuales datan de 20 años, están diseminadas en los diferentes parajes, secciones, distritos municipales y los 11 municipios que conforman la provincia.

En tanto, que a nivel local, la población está expuesta a serios brotes de enfermedades infectocontagiosas, ya que las aguas negras acompañadas de materia fecal brotan por todos lados, debido a las roturas de los tubos por el avanzado deterioro del sistema sanitario.

Estas aguas llegan al mar Caribe sin ser tratadas debidamente, porque la planta de tratamiento, ubicada en el área del matadero municipal, está abandonada desde hace años, la cual tampoco funciona a toda capacidad desde su instalación.

A este problema de contaminación se le suma el mal olor que sale del mercado público, debido al acumulamiento de todo tipo de desperdicios, basura y aguas estancadas, donde los comestibles se expenden al público tirado en el suelo, sin protección alguna.

Cuando llueve el agua inunda la mayoría de las calles de la ciudad y sectores periféricos, debido a que el sistema pluvial que data desde la era de Trujillo, ya es obsoleto.

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