UNION EUROPEA.- A diario vemos como la prensa nacional dominicana hace alusiones sobre la cantidad de ciudadanos apresados los días anteriores, cosa que nos llama la atención, porque en algunas ocasiones detallan que hasta trecientas personas fueron apresadas, en su mayoría por asunto de tráfico de drogas, asesinatos y por otros delitos.
Si sumamos la cantidad de arrestados a diario por parte de la Policía Nacional y otros organismos de seguridad del Estado, nos daríamos cuenta que en tan sólo un año debería haber por lo menos media población metida en las cárceles del país.
Es de ahí que parte la petición de algunas autoridades provinciales para que se construyan más cárceles en todo el país.
No me atrevería de catalogar la misma como una exageración, porque si bien es cierto que todo aquel que comete un delito debe ser juzgado por el mismo, sin embargo soy de aquellas personas que creen que muchos de los actos delictivo se pueden prevenir a través de un sistema de educación a la población general y sobre todo con un programa de inversión en la gente, cosa esta que los gobiernos de turno no han tomado en cuenta porque para ese tipo de pendejadas no hay fondos públicos.
Para lo que si el Gobierno Central tiene fondos es para invertir en asuntos mucho más importantes, como son los más de 17 millones de pesos en los sombreros y los caprichos de Margot para los viajes turísticos del Presidente de la República y su séquito si es verdad que hay y en grandes cantidades, hace apenas unos meses veía al cura párroco de la iglesia Cristo Rey de Barahona denunciar que en las escuelas públicas de allí hacía más de un año (si mal no recuerdo) que los profesores no cobraban sus salarios; es decir estos pobres obreros profesionales de la educación tienen que trabajarles gratis al gobierno, porque este no se digna en pagar por un tan importante servicio público y de obligación.
Cuando veo las cifras de los apresados por asuntos de drogas me da la impresión que en este país todo el mundo está metido en ese negocio, pero no así, ya que en el mismo solo se encuentra un sector muy poderoso con ramificación estatal y aquellos pobres diablos que dada las pocas oportunidades de vida que le brinda su gobierno, se ven en la obligación de subsistir y es por ello que ponen en peligro sus propias vidas y las de los demás ciudadanos.
En los últimos 8 años del gobierno del presidente Leonel Fernández y su partido morado, la criminalidad se ha triplicado, la delincuencia común, la violencia callejera, la venta y el consumo de droga, la miseria poblacional que debido al desempleo existente y al alto costo de la canasta familiar acompañado todos estos de los bajos salarios que devienen aquellos ciudadanos que poseen un trabajo además con la arrabalización de los sectores de los barrios más empobrecidos por falta de sensibilidad estatal da la impresión de que en este país se vive en un limbo, sin capacidad para prevenir los delitos o al menos para aminorarlos.
Señores, debo confesarles que nunca he sido partidaria del profesor Juan Bosch, pero cuando leo las notas históricas escritas por Andrés L. Mateo, sobre el inventario que hiciera un notario público a este cuando a los 7 meses de su gobierno fue derrocado por los sectores más oscuros del país, remanentes trujillistas, es cuando entiendo realmente la diferencia en gobernar de un Partido Revolucionario Dominicano con un Juan Bosch de presidente de la república, y un Leonel Fernández como presidente del país con el PLD, Partido de la Liberación del que fuera fundado por este ilustre ciudadano, que lo único que ha hecho es liberar a los dominicanos de que puedan tener mejores condiciones de vida; es decir: no son todos los que están ni están todos los que son.
La República Dominicana necesita un gobierno que invierta en la gente, que no se preocupe por construir más cárceles para almacenar a sus ciudadanos comunes, sino que eduque a la población con la creación de fuentes de oportunidades para combatir a todos esos males que tantos daños hacen a la nación de Duarte, Sánchez, Mella y Gregorio Luperón.
El país se encuentra viviendo momentos difíciles, por un lado con los asesinatos de periodistas o personas que denuncian los actos pocos ortodoxos cometidos por algunos miembros del gabinete de gobierno, sean estos del PLD o de sus aliados y por el otro, la coerción a aquellos miembros de la prensa que no hacen de bocinas vocingleras del sistema operante, es por ello que la democracia en la República Dominicana se encuentra quebrajada.
Sería muy importante saber a cuánto asciende la población carcelaria del país, hace apenas más de un año se había dicho que era algo más de 22 mil ciudadanos, pero los hechos cometidos a diario son alarmantes con cifras que corren al galope de un caballo.
Canceréis la verdad y ella os hará libre.
