Durante del desfile militar del 16 de agosto del 2008, el Presidente de la República Dominicana, doctor Leonel Fernández Reyna, en su calidad de Comandante y jefe de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, impartió una orden al vicealmirante Homero Luís Lajara Solá: “vaya a la Marina de Guerra (M.D.G) y limpie esa pocilga”.
Sin haber salido el decreto designando a Lajara Solá, jefe de Estado Mayor de la M.D.G., cumplió la encomienda del mandatario trasladándose a la Base Naval 27 de Febrero.
En la ceremonia de juramentación, en presencia del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Dominicanas, de la Policía Nacional y la Marina, el vice Almirante Lajara Solá exclamó: “a partir de este momento las lacras que se dedican a la corrupción y el narcotráfico serán sacadas de nuestra institución”, y agregó que: “se iniciaría un proceso de saneamiento moral”.
Estas palabras fueron pronunciadas en presencia del destituido Julio César Ventura Bayonet, en cuya jefatura de produjo el escándalo de la matanza de Paya, Baní.
A algunos de los colaboradores y asesores del Ventura Bayonet les recomendaron que hablaran y respondieran al planteamiento de Lajara Solá. Sin embargo, Ventura Bayonet guardó silencio. Esto cayó muy mal entre sus más cercanos colaboradores.
Se recuerda que en la jefatura de Ventura Bayonet estalló el caso de la matanza de Paya, Baní, donde fueron ejecutados por coroneles y oficiales de la M.D.G. siete narcotraficantes colombianos y uno nicaragüense salvó la vida milagrosamente.
Todos los miembros de la M.D.G tenían algo en común: pertenecían a una misma promoción y uno de ellos era el asistente de Ventura Bayonet.
El presidente Fernández Reyna puso en retiro a Ventura Bayonet que todavía permanece en silencio en lo referente al discurso de Lajara Solá y la matanza de Paya.
La M.D.G es una institución castrense honorable que nunca se había visto envuelta en estos escándalos. Nuevamente, surge otro escándalo, esta vez donde el coronel Francisco del Rosario Díaz Rodríguez, es el jefe de una banda que secuestró a la señora Michela Giri y Bruna Giri, de nacionalidad italiana.
El coronel Díaz Rodríguez, su chofer de apellido Soto, y el sargento del Ejército Nacional, Kelvin Leonidas Recio Novas, pedían un rescate de 2 millones de pesos.
La policía solamente tiene detenido al civil Marino Valdez Gómez, que ha narrado los hechos.
La policía persigue al coronel Díaz Rodríguez, Recio Novas y el teniente Soto.
El secuestro pone de manifiesto que en la M. D. G. sigue la podredumbre, que una ocasión el presidente Fernández Reyna calificó de “pocilga”: un lugar donde viven los cerdos o puercos.
Estos malos oficiales de la M.D.G. deben ser castigados y el jefe de la Marina debe retomar el proceso de saneamiento moral iniciado por Lajara Solá.
La pocilga de la M.D. G. tiene que ser limpiada de inmediato tal y como lo ordenó el presidente Fernández Reyna.
Está bueno ya de los escándalos en la referida estructura militar.
¿Qué se espera?