Uno de los presupuestos de los que partió la campaña de Hipólito Mejía para precipitarse a celebrar victoria, mucho antes de que se iniciara el juego, ha empezado a esfumarse como el agua entre los dedos: el de contar como beneficio estático la racha de impopularidad experimentada por el gobierno.
No tomaron en cuenta que se trata de una variable coyuntural, que solo podía prolongarse más allá de lo manejable si el presidente Leonel Fernández no hubiese estado en voluntad de revertirla. Tampoco observaron que, en los peores escenarios, la figura del presidente Fernández se ha conservado a niveles por lo menos aceptables.
La táctica consistió entonces en machacar la figura del presidente de la República, tratando de igualarlo con el descenso del gobierno para inutilizarlo, y mermar la efectividad de su apoyo a Danilo Medina.
Pero Leonel Fernández es más zorro que sus adversarios y se les ha estado sacudiendo de forma tal, que ya andan arrepentidos de haber enfilado los cañones, porque se ha empleado en la tarea de energizar al gobierno y regresarlo a los niveles de aceptación que lo han caracterizado.
Aunque lo primero en la toma de la ofensiva fue el discurso en que lanzó la consigna “memoria contra el olvido”, lo que más ha impresionado a la población se produjo en el escenario en que mostró ante un grupo de poderosos que no está dispuesto a permitir que intereses particulares continúen impidiendo que los dominicanos emigren hacia el consumo de gas natural.
La visita a Gualey y su reunión con representantes de 19 barrios de la zona norte de la capital, para retomar el programa Barrio Seguro, envía el mensaje de que el presidente está interesado en acercar el gobierno a los pobladores y pactar medidas que mejoren la convivencia en los sectores populosos.
La oferta de reforzar la vigilancia para prevenir hechos delincuenciales en esos sectores, fue seguida con la entrega a la Policía de cien vehículos y otras herramientas.
La postura de indiferencia que algunos endilgan al mandatario frente a temas que se consideran menudos, ha quedado desmentida con acciones en la que el presidente se ha mostrado atento a todo lo que pueda perjudicar a los ciudadanos.
Duquesa es un tema frente al que pudo lavarse las manos, pero como la deficiencia en la recogida de la basura en el Distrito Nacional y los municipios del gran Santo Domingo podría terminar generando gran contaminación, intervino para que Obras Públicas asumiera la reparación de la carretera que lleva hasta el vertedero.
Es el presidente que, enterado de que el director de la CASD ha convocado una rueda de prensa para explicar las razones que justifican una elevación de la tarifa de agua potable, llama al funcionario para solicitarle que deje sin efecto esa medida, conteste de que a los ciudadanos les resulta cuesta arriba cargar con nuevos aumentos.
Es el mismo que llama al administrador de la Lotería Nacional para pedirle, que, a pesar de que esa institución ha quedado desvalida con la medidas que la han despojado de casi un 90% de sus ingresos, no despida un solo empleado, e instruye al Ministerio de Hacienda para que proporcione a la Lotería los recursos para sustentarse.