Al licenciado Danilo Medina Sánchez, candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana, nativo de San Juan de la Maguana, provincia conocida y bautizada como “el granero del sur”, continúa subido en el palo encebado, como producto del pago de las habas del desastre gubernamental encabezado por el doctor Leonel Fernández.
La urticantes y molestosas subidas de los combustibles, la comida y la energía eléctrica van irreversiblemente en contra del avance de la candidatura presidencial peledeísta.
Cómo puede crecer la simpatía del candidato oficialista en un país rodeado de cólera por todas partes, donde sus autoridades ocultan la realidad de la enfermedad y en donde un envejeciente tiene que morirse en su silla de ruedas en el patio de un hospital, porque dicho centro no cuenta con camas para atenderlo y medicamentos para aplicarle.
Mientras en la gestión de su PLD siga el narcotráfico tongoneándose a sus anchas y el desempleo campeando por sus fueros, a Danilo Medina se le estallarán las tripas tratando de subir al palo.
Los asesores de Danilo saben que el paquetazo impositivo, con su secuela de carestía, protestas y huelga nacional, fue un regalo envenenado al señor de Arroyo Cano, el cual resultó ser una rama espinosa de limón, para que se agarrara y pudiese subir al palo.
Danilo Medina frunce el seño y se sofoca cuando lee y escucha los resultados de la encuesta Cid-Gallup, que revela que el León de Dominicana y el Lobo de Honduras, son los presidentes peores calificados de toda el área de Centroamérica y el Caribe.
Pero aun más, medina se revuelca del dolor cuando oye decir que después de Mongolia, el gobierno dominicano es el más despilfarrador de los recursos del estado.
Al candidato presidencial peledeísta lo han preparado solo para que le responda al presidente Hipólito Mejía, a quien tiene que tratar de bajar de las encuesta que lo dan por encima con más de diez punto de ventaja.
Danilo está orientado a no leer los diarios digitales e impresos de circulación, porque se deprime al observar las crónicas rojas, donde cada día las calles amanecen tinta ensangre, de dominicanos que caen bajo el plomo asesino de las armas de delincuentes y policías.
Muchos víveres, huevos y cebollas en los mercados, pero no hay un chele en las calles destrozadas de nuestros barrios.
El desempleo, los apagones y falta de agua potable, es el drama desalentador que viven miles de familias en pueblos y campos.
Muchos albergamos la esperanza de que esta situación pronto Cambiará.
Como reza el viejo verso del poeta, “podrán matar todas las flores, pero no impedirán el nacimiento de la primavera”.
Danilo será quien pagará las habas que se comió el león.