El hombre continúa en los caminos del mal. Práctica el egoísmo con impulsos insospechados buscando la cima del bienestar que crea todas las clases de males sociales, no importa quebrantar las buenas costumbres, la Constitución de la República, desgarra principios. Es intocable, hijo de la diosa impunidad; pero, el mal no es el final.
La vida es enriquecerse, el dinero es su gran dios, al que se esclaviza. La fiebre de los teneres lo inutiliza perdiendo la razón, en sí vive en el más grave mal. Como no creció en lo espiritual, no comprende lo que hace y le es imposible entender que el universo fue creado para que todos habiten en igualdad, en el régimen de buenas costumbres.
La creación tiene sus leyes para que todos vivan en el buen común. ¿Por qué se vive en la tribulación? El hombre no ama, no practica el bien, es un consuetudinario inmoral. Carencia de leyes espirituales.
¿Cómo se cambia el derrotero de una sociedad caótica? Sencillamente con una buena educación que cree el trabajo como un privilegio de amor de patria. Comprender que no se es un ser solitario, esto es un grave error, el hombre pertenece al hombre por necesidad intrínseca de vida. La comunidad armoniosa es progreso, paz, solidaridad humana que preserva el amor, servicio a los demás, sólo así se realiza la plenitud de la vida que todos tienen derecho.
Estamos firmes en la convicción de que hay oportunidad, tiempo para cambiar los malos pasos y transitar por la ruta salvadora que nos indica el Decálogo Duartiano. La fe no muere, el dominicano conoce su manera de ser, sólo debe motivarse a dominar esta resistencia pasiva, ocupar su lugar en la sociedad, crear, avanzar, batallar, vencer las perversidades entronizadas.
Sí podemos, nadie ha tenido, ni tendrá el poder de vencer a la gran fuerza de la creación, el bien, el amor en la humanidad es invencible y todo lo puede, sencillamente es el bien común. Gandhi y Mandela vencieron al monstruo usurpador. El hombre conoce el camino, sólo ejercer el derecho natural de vivir en paz que se logra con una visión de unidad, en un ideal de patria sana. Despertar el yo moral, positivo permanente.
Nuestra ciudadanía está controlada por los hijos de pensamientos egoístas, perversos, que origina la inseguridad física, mala educación, deterioro del medioambiente, la creciente carestía de la vida. Todo esto no tiene razón de ser. Es de obligación ciudadana actuar, de lo contrario se instaura con todas sus fuerzas la peor dictadura, disfrazada de democracia.
Despertar y continuar en el suplicio de la falsa llamada crisis económica, debe guiarnos a un análisis de la grave situación. Veremos a un grupo en el disfrute económico sin una razón lógica y matemática. La realidad es ausencia de moral en las obligaciones, se viola principalmente la Constitución de la República en su artículo 146, Proscripción de la Corrupción. ¿Qué es el peculado?: delito que comete el funcionario que tiene a su cargo la administración de fondos del tesoro público, cuando hurta caudales que son partes de esos fondos.
¿Por qué los casos de peculado denunciados no motivan a los acusados a ir ante el juez y presentar una demanda por difamación e injuria? Se presenta el sabio decir: el que calla otorga.
Los diputados resolvieron, como se esperaba, el caso del informe de la Cámara de Cuentas en su auditoría a la Liga Municipal: son 117 millones que se esfumaron por otro derrotero. Me detuve y se aparece Jesús: el que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Es la inmoral realidad dominicana. Y debo repetir que sólo en la juventud Duartiana se salva este pueblo de la tormenta saqueadora del erario. En la selva, como no hay ley, predomina el salvaje más fuerte.
+ El autor es vicealmirante ® de la Marina de Guerra