Jimaní.- El desplazamiento de las aguas de los lagos Enriquillo y del Fondo tienen virtualmente sumergida cerca del 90% de los terrenos dedicado al cultivo de productos agrícolas y la crianza de ganado, lo que representa una nueva amenaza a esta olvidada comunidad de la zona fronteriza.
Un sentimiento de impotencia mantiene agobiado los habitantes de esta empobrecida localidad que ahora ven como su pueblo no sólo es victima del descuido al que siempre lo someten las autoridades, sino que ahora, se le suma la amenaza de que los terrenos que poseen como única fuente de sustento queden bajo agua.
La expansión de las dos fuentes acuíferas inició el pasado año, en medio de la temporada de ciclones, cuando el huracán "Ike" hizo desbordar el río Yaque del Sur y un viejo dique ubicado por los predios de Tamayo y Vicente Noble no resistió su embate se desbordó y las aguas corrieron hacia el lago Enriquillo.
“Cierto es que con el fenómeno natural nada se podía hacer, pero si a ese daño se suma el descuido gubernamental, entonces una tragedia en el futuro será inevitable”, comentó José C. Nova, un hombre nativo de Jimaní.
Para Nova la posición del gobierno frente al problema evidencia una actitud indolente, porque le ha dado la espalda y como en otros casos, las autoridades esperan por las tragedias en vez de evitarlas, para luego caer en lamentaciones.
Al relatar la situación de calamidad que padece ese poblado, el agobiado parroquiano recuerda el drama de la Mesopotamia en San Juan Maguana, las inundaciones de San Cristóbal, los derrumbes en San José de Ocoa, los muertos y desaparecidos en Villa Altagracia, Bonao, Santiago y ahora lo ocurrido en Tamboril, para mencionar sólo algunas.
Refirió que el muro averiado, es una obra construida durante la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo para desviar las aguas del Yaque del Sur hacia el mar Caribe, o sea que el dictador "despiadado" tuvo mejor visión que un "demócrata ilustrado", lo que a su juicio constituye una ironía.
Pero pese a los ofrecimientos y las evaluaciones han pasado varios meses, y las autoridades no han hecho nada para reconstruir el dique y evitar que las aguas se acumulen en los lagos de la región, que son varios.
Las aguas del lago Enriquillo casi alcanzan el borde de las carreteras que conducen a Jimaní, lo que hace más preocupante la situación de los habitantes de este pueblo.
Este drama se retrata también en el cruce fronterizo de Malpaso, donde el edificio que alojaba la oficina de Aduanas, quedó bajo el agua.
La preocupación surge porque en la zona llueve mucho en los meses de Abril y Mayo y luego viene la temporada de ciclones, que casi siempre toca la zona Sur, de forma tal, que si no se toman medidas ahora, lo que se anticipa es que antes de finalizar el 2009, esa parte del llamado Sur Profundo podría quedar incomunicada o quizás se repita otra tragedia como la del Rio Blanco. “Lo que nos queda es rezar y que Dios nos agarre confesados”, sostiene Nova.
Pequeños agricultores y ganaderos de Villa Jaragua, provincia Bahoruco, han perdido más de 15 mil tareas de sus predios por la crecida desproporcionada y nunca antes vista del legendario Lago Enriquillo, catalogado como el más grande de las Antillas.
El Lago Enriquillo en sus crecidas, provocadas por los torrenciales aguaceros caídos en los últimos meses en todo el territorio Nacional, ha ocupado miles de tareas de tierra de vocación agrícola y ganadera.
Por eso, el ex diputado peledeísta Rafael Méndez reclamó del Gobierno "declarar en estado de emergencia" las provincias Bahoruco e Independencia, dada la calamitosa situación que se ha producido como consecuencia de la crecida de las aguas del Lago Enriquillo, que ha diezmado todas las tierras productivas de esas demarcaciones del Sur Profundo.