La transparencia, el acceso a la información en las instituciones del Estado y la democracia, son de los términos más empleados y repetidos en el país. Ahora mismo, se plantea que los dos primeros serán “abordados por los candidatos a la presidencia de la República de los distintos partidos y agrupaciones políticas que participarán en las elecciones del 2012, durante un ciclo de conversatorios que organiza la Coordinadora Dominicana de Acceso a la Información (CODOAI)”.
Esto será en agosto próximo y durante todos los martes de septiembre y octubre del actual año, cuando los aspirantes a la presidencia de la nación juntarán voces en el salón Manuel del Cabral de la Biblioteca Pedro Mir, de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Por dicho escenario pasarán los invitados, según el cronograma previsto, a fin de “exponer su propuesta sobre la transparencia en el manejo de los recursos del Estado”. A la vez, se prevé “el desarrollo de un plan de orientación y educación sobre el libre acceso a la información pública, dirigido a los estudiantes de las escuelas públicas, colegios privados y las universidades, para que sirvan de transmisores en torno a los derechos al acceso a la información pública, a fin de contribuir con la transparencia en la gestión pública y a combatir la corrupción y la cultura del secretismo”.
Todo lo antes expuesto “suena bien a los oídos”. Significa ese ir y venir de la información que debe llegar a todos y todas como precepto; pero, junto a esos mismos propósitos que buscan ayudar “en la cimentación de una ciudadanía consciente y reflexiva, a fin de superar las dificultades que impiden el fomento de una cultura de rendición de cuentas”, se yergue la realidad incuestionable de lo lejano que está al alcance de la sociedad dominicana la tan soñada transparencia.