Los dependientes del colmado La Bodega, ubicado en el sector Lucerna de Santo Domingo Este, jamás pensaron que el viernes 15 de abril del 2011, a las 8:00 de la noche, pasarían el gran susto de su vida, cuando seis delincuentes con pistolas en mano saltaron al mostrador, encañonaron a todos los presentes y dijeron con autoridad “¡esto es un atraco, que nadie se mueva!”.
En el forcejeo por impedir el robo, uno de los delincuentes hirió en la cabeza, con la cacha de la pistola, al administrador Carlos Gonzáles, a quien fue necesario suturar con catorce puntos para cerrar la hemorragia.
Los asaltantes cargaron con tarjetas de llamadas, cigarrillos, whiskeys y RD90 mil en efectivo, producto de la venta de varios días; además, despojaron de prendas y celulares a los clientes que estaban comprando en ese momento.
Desde ese entonces y tras vivir la terrible experiencia por tercera vez, el administrador implementó la medida de colocar verjas en las puertas del negocio e instalar cámaras de video para detectar a tiempo cualquier movimiento inusual o personas sospechosas.
Esa misma historia la vivió Heriberto Silverio, propietario del colmado El Chino, de la calle 12, en el referido sector, quien también decidió poner verjas en el mostrador para impedir que los atracadores se llevaran las mercancías más costosas del negocio como son los licores y las tarjetas de llamada.
Pero, los rufianes no sólo andan tras las bebidas alcohólicas, sino que aprovechan todo cuanto encuentran a su paso para llevárselo. Ese es el caso del colmado Minaya, en el cual rompieron con una herramienta especial, en horas de la madrugada, el exhibidor de hierro que contenía 50 botellones de agua potable.
Nicolás Núñez, administrador del negocio, explicó que en la mañana, cuando abrió la puerta, se dio cuenta que el exhibidor, colocado en la acera, estaba vacío y con el candado abierto.
‘En ese robo perdí más de RD12 mil pesos, porque tuve que pagar los botellones a la empresa fabricante y también el agua, que era el producto de venta y debió ser asumida como gasto del negocio.
Esta tragedia se repite en cada uno de los colmados de Lucerna, considerada una de las zonas más ricas por sus grandes casas y las numerosas actividades comerciales con las que cuenta el sector.
Los colmaderos también son víctimas de robos de motocicletas, como le sucedió al delivery Jonathan Núñez, del colmado Sammy, a quien una noche, cuando llevaba un pedido, asaltantes armados lo despojaron de su motor de una forma tan rápida, que no tuvo tiempo para identificarlos.
Pero la delincuencia no sólo arremete contra los pequeños comerciantes, sino que atemorizan y despojan a los residentes de Lucerna de carteras, prendas, celulares y motocicletas y en caso de resistirse, hasta les propinan golpes sin importar que sea hombre, mujer o adolescente.
La policía: y ¿para qué?
Con esta interrogante respondió la mayoría de los comerciantes cuando se les preguntó si habían puesto la denuncia ante el destacamento policial del lugar. Consideraron que era perder el tiempo, porque al final nunca atrapan a los delincuentes y los atracos continúan su paso.
El sentimiento de inseguridad de los comerciantes es lo que ha llevado a Heriberto Silverio, encargado de la bodega El chino, a comprar su arma para protegerse y cuidar del negocio.
“Aquí todo es un relajo, cuando uno va al destacamento ni asunto te ponen y te toman la denuncia de mala gana; pero si uno tiene un amigo militar, por lo menos te mandan una patrulla para hacer un aparataje y así termina todo”, dijo Silverio.
Este nivel de delincuencia la experimentan todos los comerciantes, sin importar el sector donde residen y si la comunidad pertenece o no al conjunto de barrios custodiados por policías.
Barrio Seguro: “seguro te atracan”
En forma de broma, Ramón Mena, dependiente del colmado El Central, expresó lo que para él es la definición exacta del Programa Barrio Seguro, al explicar que lo único indudable es que al entrar a cualquier sector se está propenso a que atraquen a cualquiera.
Aunque dicho Programa agrupa a un total de 103 sectores, de los cuales 72 están localizados en el Distrito Nacional, Santo Domingo Norte, Este y los 31 restantes en Santiago de los Caballeros, la realidad es que la delincuencia continúa ganándoles la batalla a las autoridades policiales.
Comerciantes en la mira de los delincuentes
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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