El precandidato presidencial por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Danilo Medina, afirma sentirse seguro de que será el próximo presidente del país y forcejea con las palabras cuando asegura que “tiene su propia silla”; es decir, su propio plan, con suficientes salidas para los 51 meses que prevé gobernar y “trabajar por una cultura de la honestidad”.
La sociedad dominicana sigue de cerca las comparecencias televisivas y radiales del ingeniero químico, egresado de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), y también licenciado en Economía en el Instituto Tecnológico de Santo domingo (INTEC), donde obtuvo con honores Magna Cum Laude. Quizás porque en medio de la inexistencia de liderazgos y ante la decepcionante realidad que enfrentan dominicanas y dominicanos, Medina se pronuncia contra la incapacidad social existente y advierte que no se trata sólo de políticas públicas, sino de valores éticos que tienen que reverdecer desde la familia misma, las empresas y todo un proceso de enfrentamiento más allá de las “políticas de combate”, porque el narcotráfico nos roba un porciento elevado de los jóvenes …
De concluir las obras iniciadas por su antecesor y dar mantenimiento a las existentes habla Danilo Medina; del tema agropecuario, el turismo, la educación, la seguridad social, los sectores de poder y cómo confía en las acciones de un Congreso leonelista- orientada esa fracción parlamentaria- asevera él-, por el Comité Político de su partido.
Medina espera “hacer pactos” con el empresariado, de manera que se fomenten empleos, al igual que promete “ajustar los costos”. Califica de muy serio el problema haitiano: “un asunto de vida mundial”, porque las grandes potencias derribaron las fronteras nacionales, tomaron sus mercados y no permiten la migración…
De todos modos, su discurso perfila aristas que requieren el acto de “creer” como retroalimentación valedera. Los demás pretendientes al poder también prometen y aseguran un futuro mejor… el tantas veces mencionado “pueblo”, cansado de ires y venires, observa entre monólogos y soliloquios y se dice a sí mismo que vista hará fe…
