El Centro de Operaciones de Emergencias (COE), dispuso las evacuaciones en decenas de comunidades colindantes con ríos como el Maguaca; en tanto que mantiene alerta roja para la provincia Sánchez Ramírez; amarilla para Duarte y verde para Monseñor Nouel, La Vega, Monte Plata y María Trinidad Sánchez.
La posibilidad de que se incrementen las lluvias en el país significa la total alerta para el Comité de Presas, cuyas advertencias meteorológicas rememoran los cuantiosos daños que han sufrido muchas zonas del territorio nacional y, sobre todo, las pérdidas de vidas humanas. El peligro de que pueda colapsar el muro de contención en la presa de la Barrick Gold Dominicana retrotrae las imágenes de la presa de Taveras y con ellas se intensifican las medidas previsoras que desarrollan las autoridades en el país, a fin de evitar lamentables desastres.
También deben prestar atención quienes viven junto a terrenos donde pueden producirse deslizamientos de tierra, o cerca de puentes prestos a colapsar por la intensidad de las lluvias.
Resulta muy lamentable que tantas familias de Las Flores, en Cotuí, tengan que permanecer a la intemperie tras la inundación de sus hogares por el río Capacho; no basta que miles de ellas hayan sido albergadas en una capilla y otras alojadas temporalmente en casas de familiares y amigos. El país debía contar con albergues que satisficieran tales contingencias, ya fueran iglesias convertidas en alojamientos improvisados, escuelas u otras edificaciones. Aunque, habría que cuestionar primero en qué estado se hallan dichas escuelas.
De igual manera la población debe apoyar a la Defensa Civil, voluntarios y a las autoridades en general. El hecho de que puedan decidirse evacuaciones imprescindibles y a veces compulsivas, no deja a la zaga la responsabilidad de cada miembro adulto de la familia a la hora justa de velar por la integridad de sus miembros.
Alertas es la palabra primera y actuar a tiempo es lo que sigue, sin dilación posible.