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Olfato influyó en evolución cerebral de mamíferos

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WASHINGTON.- Los cerebros inusitadamente grandes de los mamíferos no evolucionaron para que algún día los seres humanos pudieran abordar dilemas filosóficos, sino más bien para que fuera posible olfatear el éxito.
 
Un nuevo análisis de algunos de los primeros mamíferos y de especies semejantes muestra que los cerebros complejos evolucionaron por etapas, comenzando con las zonas encargadas del sentido del olfato.
 
Las pequeñas criaturas que evolucionaron en los mamíferos de hoy, «pasaron de un mundo de información dominada a un grado sin precedentes de aromas y sensaciones», reportan los investigadores encabezados por Timothy B. Rowe, paleontólgo de la Universidad de Texas.
 
«Si tuviera que decir a un estudiante lo que significa convertirse en mamífero, sería como volverse un magnífico olfateador», dijo Rowe.
 
El crecimiento de la región cerebral que permite olfatear fue seguido por la evolución en las áreas cerebrales que tienen que ver con la sensibilidad al tacto del vello capilar y luego las partes que permiten mejorar el movimiento, agregan Rowe y sus colegas en la edición que saldrá el viernes de la revista Science.
 
Entre los mamíferos, los humanos de hoy cambiado parte de esa habilidad olfativa por mejorar la visión y el oído, agrega el paleontólogo, quien dice que aún contamos con los perros, que explotan mucho el sentido del olfato.
 
A medida que evolucionaron los cerebros de los mamíferos, el área involucrada en la respuesta sensorial «se sometió a un desarrollo particularmente espectacular», agrega R. Glenn Northcutt, de la Institución Oceanográfica Scripps, quien no fue parte del equipo de Rowe.
 
«El reporte es muy importante porque muestra, por primera vez, la historia evolutiva de las principales regiones cerebrales en los parientes más cercanos de los mamíferos», dijo Hans-Dieter Sues, paleontólogo del Museo de Historia Natural del Smithsonian.
 
Rowe estudió los cerebros de las especies Morganucodon y Hadrocodium utilizando un escáner de tomografía computarizada para obtener imágenes del cráneo de los animales. Las criaturas vivieron hace casi 190 millones de años cuando los mamíferos apenas comenzaban a evolucionar.

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