Los cirujanos plásticos y generales, los anestesiólogos y los obstetras, son los especialistas más vulnerables a demandas por mala práctica o negligencia médicas. Sobre estos especialistas recae más responsabilidad al momento que una persona se pone bajo su cuidado.
En otras especialidades como cardiología, pediatría y epidemiología, pueden aparecer algunas excepciones, pero en la parte quirúrgica es donde se hace mayor hincapié para una demanda.
Los cardiólogos, pediatras, epidemiólogos, entre otras especialidades, difícilmente enfrenten demandas por mala práctica, porque ejecutan una medicina de manera teórica.
Mientras el anestesiólogo está metido dentro del proceso, puesto que de él depende la vida del paciente, es el motor en un momento dado, ya que el enfermo depende de su acción.
El médico cirujano también está enfrascado con su órgano, con el cuerpo entero, lo que significa que al momento de una intervención se ve frente a una situación muy difícil.
En la actualidad el Colegio Médico Dominicano (CMD) maneja unos 70 casos por demandas a médicos, entre ellas varias por muertes.
El doctor Ángel Veras, consultor jurídico del CMD, explicó que tienen decenas de demandas, las cuales evalúan para determinar si son justificadas, porque a su juicio pueden depender de pasiones y hasta ingratitudes.
Según él, muchas demandas pueden tener sus razones, pero la gran mayoría constituyen componentes tan elementales que no se puede determinar si el médico actuó o no correctamente.
Pese a la insistencia de los agraviados en los tribunales, la gran cantidad de las demandas se quedan en el olvido y no se convierten en sentencia que sancionan al médico. La mayoría tienden a sucumbir en el intento.
Las demandas por mala práctica médica tienden a sucumbir porque entre otras cosas, el médico actúa como un profesional cuyo principal interés es garantizar la vida de la persona que se ha puesto a su cargo.
Esto significa que existe una acción de buena voluntad en todo lo que es la actuación del médico, por cuya razón no se puede pretender que un galeno ejerza de manera consciente para hacer daño.
