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Tribulaciones y aciertos de un empresario de RD

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El tema de los incentivos que debían recibir las micro, mediana y pequeñas empresas, como productoras y generadoras de empleos y las limitaciones que enfrentan en República Dominicana, son abordados por Guido González, ingeniero eléctrico, especialista en electrónica y generadores eléctricos…

 
González, gerente de Gallinari SRL, reflexiona sobre  la ayuda del gobierno, que deviene-según su criterio-, “autoayuda” para los funcionarios. “Encima, cuando los bancos requieren de información de la compañía para realizar los préstamos, la tasa resulta muy  alta”.
 
-¿O sea, que el mediano y micro empresario compiten en  el mercado con desventajas?
 
“Sí, los grandes empresarios tienen mayor facilidad de préstamos en los bancos,  quienes muchas veces  piden certificaciones inimaginables y se la ponen a uno bastante difícil para acceder al dinero. Pero, por otro lado está el problema de la carga impositiva que tienen la pequeña y mediana empresa y cuando usted empieza a sumar la cantidad de impuestos que debe pagar se da cuenta que está trabajando para el gobierno…”
 
-¿A qué se dedica su empresa?
 
“Gallinari SRL ofrece servicios de fabricación, venta   y reparación de grúas “.
 
-Volvamos al punto de los impuestos…
 
“Mire, uno tiene un gran y principal socio, que es el gobierno. Y no es que haya oposición a pagar, pero tenemos una carga impositiva que, en mi mal cálculo, debe andar por un 45% de lo generado. De manera que el pequeño empresario necesita, aparte de su capital, otro  para pagar impuestos, aún cuando se atrasen los clientes, existen fechas específicas y moras que de no cumplir el pago constituyen serio riesgo”.
 
-¿Entonces?
 
“No vamos a desanimar a la personas visionarias  que quieren poner sus propias empresas. Se gane poco o mucho, el propósito es crecer. Pero, no hay duda de que el gobierno debía tener incentivos para que esa entidad prospere y genere empleos”.
-¿Y qué sucede a la hora de administrar ese flujo de efectivos? ¿En qué parte se gana y en cuál se pierde?
 
“Se gana en el sentido de los grandes trabajos: cuando se cuenta con un cheque grande, un cobro bueno. Los pequeños sirven para subsistir y pagar a los empleados.
“Cuando aparecen esos trabajos grandes uno debe organizarse: en el caso mío, por suerte, cuento con mi esposa, Karen Cochón, quien es la gerente administrativa, porque los hombres tendemos a dirigir de manera diferente”.
 
-¿Para usted es representativa la presencia de la mujer en las empresas?
 
“Las mujeres son más organizadas que los hombres en cuanto al manejo del dinero y multiplican las ideas para producirlo. Son iguales y hasta más competentes que uno. Por suerte, en los últimos 10 años se nota en las universidades una mayor proporción de féminas. Tal vez se le han negado puestos de gerencia general y  en ministerios del gobierno. Pero, considero que a nivel bancario y empresarial ellas están a mayor nivel que el hombre”.
 
-¿Gallinari SRL ha diversificado su labor?
 
“Ahora,  además  de manejar las partes eléctricas trabajamos con las hidráulicas, ensamblamos grúas para camiones Isuzu y Daihatsu. Compramos el camión local y traemos los brazos de Japón. Lo reconstruimos y entonces  vendemos grúas hechas para cargar  hasta 5 toneladas. También instalamos brazos hidráulicos en camiones medianos”.
 
¿Cómo iniciaste este servicio de las grúas?
 
“Comprendimos la necesidad de la fabricación de  grúas porque la  venta y reparación de plantas requería de este servicio y tenía dificultad para que llegaran a tiempo. Entonces, armé una, que fue la pionera en diez años, hasta alcanzar el total de 90 grúas equipadas hasta la fecha”.
 
-¿Los precios?
 
“Varían. También vendemos brazos sueltos para que el cliente los instale el mismo y le ofrecemos asesoría. En estos momentos contamos con cuatro camiones  con grúas de 3 toneladas, ya listos  y 7 brazos para instarlos en  cualquier camión. Esperamos en el próximo embarque 15 brazos más”.
 
Gallinari SRL se halla en proceso de expansión. Llevan un año y medio de creados, aunque de manera informal hacían el mismo trabajo desde antes. Ubicados actualmente  en la calle Federico Bermúdez # 6,  por el Hospital  Luis Eduardo Aybar, en el Distrito Nacional, cuentan con  6 empleados nominales y realizan trabajos a todo lo largo y ancho del país, tanto  para el gobierno, como para el sector privado, embajadas, DNI, Aguas Galván y muchas entidades más.
Ante la interrogante de cuánto les ha afectado la burocracia, Guido González afirma que llevan dos meses solicitando a Catastro Nacional la corrección de un error en un título y todavía no lo han entregado. “Por esa razón tengo un préstamo detenido”, sostiene y argumenta el empresario: “Nos faltan muchas cosas porque la burocracia no nos permite desarrollarnos más rápido. No se trata de violar la reglamentación, sino de que ayuden a agilizar los procesos”.
 
-¿Un mensaje final?
 
“Superarnos. Imparto docencia gratis porque entiendo que es importante que aprendamos y enseñemos en este sector y en todos. Pero, no hay duda que lo primero es la educación. Sin eso, un empleado no puede crecer,  entrenarse y aspirar a lograr su independencia”.

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