Algunos aseguran que el Cólera llegó al país para quedarse y la afirmación estremece. Aguas albañales e insuficiente higiene sanitaria en algunos centros hospitalarios se concentran como caldos de cultivo que fomentan lo que el presidente del Colegio Médico Dominicano (CMD), Senén Caba, certificó como “una epidemia en toda su connotación, que se le ha ido de las manos a las autoridades”.
Semeja vulgar sátira el concepto de “liberar del cobro de la prueba del cólera” a las personas que presentan posibles síntomas, cuando en verdad debía ser esta una prioridad del Ministerio de Salud Pública en el país. Encima, el personal asistencial resulta insuficiente (cuatro médicos por cada enfermera), según las estadísticas oficiales sustentadas por Caba; imposible que una persona resista dobles turnos de guardias ante enfermedades de tamaña envergadura.
Este multimedios publicó la situación de temor existente entre los residentes de los barrios La Ciénaga, Los Guandules, Simón Bolívar, La Zurza y Capotillo “debido al brote de cólera desatado en los últimos días, lo cual ha provocado cinco muertes y decenas de hospitalizados, según el Colegio Médico Dominicano (CMD)”.
Más allá de la responsabilidad de cada quien y las consecuencias que deben enfrentarse ahora, lo importante es unir fuerzas, olvidar decretos y entre todos impedir que la enfermedad cobre nuevas víctimas.
Se aconseja hervir el agua de beber y de la limpieza personal, o emplear gotitas de cloro. Lavar las manos con jabón de Cuaba, sobre todo cuando se va al sanitario. Impedir los asentamientos de agua en patios y áreas vecinales; lavar muy bien frutas y vegetales y acudir al médico ante diarreas y vómitos.
De nada vale ahora acusaciones de los unos a los otros: la tarea de orden es impedir que se intensifique la gravedad de la epidemia, cuya bacteria, según se plantea, afecta los barrios de la margen occidental de los ríos Ozama e Isabela y en los 48 sectores de la circunscripción 3 del Distrito Nacional.
Definir estrategias y multiplicar charlas e ir casa por casa para explicar con detalle cuanto sea necesario acerca de las medidas preventivas. No se trata de miedos, ni de crear pánico o una cultura alarmista, como ha publicado este periódico digital en muchas ocasiones. Ahora resta enfrentar la realidad con toda la responsabilidad que amerita por parte de las autoridades del país.
