Santiago.- Los cortes energéticos en que la mayoría de las 14 provincias del norte del país eran cosas del pasado, sumado a la deficiencia del suministro de agua potable, debido a una prolongada sequía están provocando protestas en varias comunidades de la zona.
Los apagones se están produciendo hasta en barrios y localidades incluidos en el programa “24 horas de luz”, situación que está alterando el ritmo normal de vida de la gente.
A esto se añade la sectorización del servicio de agua potable y según la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santiago (CORAASAN) que suple del líquido a esta provincia y Moca (norte), el problema radica en el bajo nivel del caudal de la hidroeléctrica Tavera-Bao, a causa de una fuerte sequía.
Las protestas han sido constantes en barrios de Bonao, Santiago, la segunda del país y primera del norte, en Mao, Laguna Salada, Montecristi, Nagua, San Francisco de Macorís y Cotuí, al noroeste y noreste del país.
En la ciudad de Santiago, cientos de personas marcharon en contra de las interrupciones energéticas, el alza del transporte y los combustibles y pidiendo mejoría del servicio de agua.
También en al menos siete sectores de Santiago sus pobladores incendiaron neumáticos y lanzaron desperdicios en las calles exigiendo solución de esos problemas.
Algunas de las protestas han sido dispersadas por la Policía Nacional con gases lacrimógenos y disparos de escopetas.
Los dirigentes populares y choferiles Víctor Bretón y Juan Marte pidieron a las autoridades competentes que aúnan esfuerzos orientados a mejorar esos servicios, porque la gente está irritada y por eso es que están surgiendo las protestas.
La Empresa Distribuidora de Electricidad del Norte (EDENORTE), ha amenazado con iniciar cortes masivos del servicio energético a los clientes morosos.
Mientras los expertos dicen que la reaparición de los apagones se debe al alto consumo de las mineras Barrick Gold y Falcombridge dominicana, que explotan yacimientos de oro y níquel en Cotuí y Bonao al noreste y norte del país.
En lo que corresponde a la Falcombridge de capital canadiense, esta pasó de ser una productora de energía a compradora y su consumo junto a otras mineras es muy elevado, lo que se traduce en una disminución del servicio a los usuarios comunes, según los expertos.