La Semana Santa constituye la mayor liturgia en el mundo.
Son días para la reflexión, el rencuentro con lo divino y la búsqueda de Dios.
Este acontecimiento religioso, de una manera consciente se desvía hacia la francachela, la parranda alcohólica, el sexualismo playero y hotelero.
Solamente los hombres y mujeres de fe cumplen el mandato del evangelio.
En busca de algo diferente, al tener en mis manos el libro La Clave del Éxito, de Milagros Inoa de Pérez, que gentilmente me obsequiaron las hermanas Norma y Vila Fernández, tuve la oportunidad de conocer la vida de esta mujer nacida en la sección La Chichigua, de Gurabo, en Santiago.
El libro recoge de una manera sencilla y profundamente religiosa la vida de Milagros, cuya madre tenía deficiencias físicas y su padre la abandona.
Sin nada que no fuera la fe, el deseo de trabajar, progresar y luego que logra la cima ayudar a los necesitados, Milagros sumerge a uno en ese mundo de fe, trabajo, ahorro y de un progreso económico sostenido.
Orientada por su madre que tejía sombreros de cana y cabuya, Milagros aprende este arte que le permite reunir dinero para suplir las necesidades que tenía.
Fue una dura batalla por el Santo Cerro, vender los sombreros y de ahí a la costura para vender ropas. Un san (mecanismo del ahorro popular) de 20 pesos, es el capital inicial de esta emprendedora, que por su tenacidad logra los objetivos deseados. Su crecimiento fue gradual, de los sombreros a la costura, y a la venta, hasta llegar a ser una fabricante de confecciones, ganándose un espacio en el mercado de los tejidos.
En la página 33 del libro, Milagros plasma un pensamiento que define a un ser humano y sentencia: “hay tres cosas en la vida que forman una persona: la serenidad, el compromiso y el trabajo duro”. Resaltando en la página 67: “recuerda que las personas de éxito están dispuestas a hacer lo que los fracasados consideran que es muy poca cosa para ellos. El éxito en la vida no se mide por lo que has logrado, sino por los obstáculos que has tenido que enfrentar en el camino”.
Sobre su madre, la autora dice: “aunque conocía las limitaciones de mi madre, siempre admiré la limpieza, la honradez, su solidaridad y cuidado para con nosotras mismas y para con mi anciano abuelo. Cuando una madre lucha contra las adversidades y precariedades de la vida, solemos valorarla aún más de los común”.
El señor Juan Ramón (Chepérez), sus hijas, familiares, y la comunidad cristiana tienen que sentirse orgullosos de tener en Milagros, un milagro de mujer que el Banco Mundial y otras entidades la tienen como ejemplo del significado del ahorro para el progreso.
Descubra usted un excelente ser humano llamada Milagros Inoa de Pérez: La dama del sombrero típico que la hizo famosa, constituyendo el pie de amigo para exhibir con humildad y orgullo la riqueza material y espiritual que adorna su vida.
Le invito a leer este libro, yo lo leí en Semana Santa y conocí por la lectura este ejemplo a seguir.
Una buena obra de la dama del sombrero típico.
Búsquela.