• Print
close

Racionalidad y prudencia

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
Facebook
Facebook
Youtube
Instagram

Aníbal no tomó  Roma porque sabía que no había vencido al imperio, sino que lo había burlado. Los romanos se prepararon para darle la recepción correspondiente por la Península Ibérica, pero el cartaginés hizo una travesía a través de los Pirineos y los Alpes, y atacó por el norte. Cuando llegó hasta las puertas de Roma, solo el pánico de sus ciudadanos les aguardaba, porque las únicas legiones disponibles para la defensa, estaban a semanas de distancia, tomarla no habría sido problema, pero más pudo la prudencia que el deseo de venganza.

El gran simbolismo de poder del papado origina en la pacífica detención de la horda bárbara encabezada por Atilas, que tampoco tomó a Roma, aunque también la halló postrada e indefensa, pero bastó que saliera a su encuentro el Papa León, para pedirle que no saquera la ciudad de Dios.

Pero independientemente de las razones por la que Roma se salvara de Aníbal, es trascendente que el presidente Leonel Fernández, colocara la tranquilidad del país y la fortaleza de su partido, por delante de cualquier otra determinación.

No estando, como no están en discusión en este proceso ni su fortaleza en el mercado electoral, ni su liderazgo en el  Partido de la Liberación Dominicana,  labrado en base a su carisma, su sólida formación intelectual, su impronta en el ejercicio del gobierno,  su ejemplo ciudadano, su trato decente con adeptos y adversarios, Leonel Fernández no tiene la menor necesidad de forzar lo que él mismo había advertido, como traumático: la repostulación hacia un tercer período, máxime cuando hay un impedimento constitucional que solo podía ser saltado con una reforma, lo que equivaldría a malograr en una etapa naciente una carta sustantiva que históricamente llevará su apellido.

Sin ninguna traba constitucional, pero enfrentando serios desafíos económicos, como los que también se les plantean al presidente Fernández, el presidente del gobierno español, Rodríguez Zapatero, acaba de exponer su determinación de no ser presentado para un tercer período, con argumentos que le engrandecen.

El presidente Fernández, que después de un período tiene abiertas las puertas del regreso, puede enarbolar el mérito de que su obra no ha sido solo de provecho para la expansión de su liderazgo, sino que ha servido para ampliar las bases de apoyo del Partido de la Liberación Dominicana.

Su autoridad se acrecentó en el manejo del proceso interno para las elecciones de medio término en el que el PLD, conquistó 31 de los 32 escaños senatoriales, porque contrario a los que muchos de sus seguidores esperaban, trazó una regla clara alcanzar una candidatura: tener el mejor posicionamiento, sin atender reparos grupales.

Lo propio hará arbitrando el proceso interno en el que el Partido de la Liberación Dominicana escogerá su candidato presidencial, sobre el que ha dicho  que nadie puede alegar que está  contando con su endoso, cosa que si ocurrirá  tan pronto las bases de la organización escojan al abanderado.

Desde que la sociedad empiece a percibirlo como ocurrirá en lo adelante más ocupado en su labor de gobierno y más centrado en la labor de concertar las medidas pertinentes para que los efectos del alza del petróleo y los alimentos, sean los menos lesivo posible, su posicionamiento en las encuestas, que siempre ha sido respetable, se elevará a niveles más altos.

Leonel, como Aníbal, sabe que en la guerra como lo política, no es solo una realidad de fuerza. En ambas sirven de mucho la racionalidad y la prudencia.

No Comments

Leave a reply

Post your comment
Enter your name
Your e-mail address

Story Page