Mientras el recién electo ganador de las elecciones presidenciales en Haití, Michel Martelly, apuesta por la reconciliación nacional, en Naciones Unidas líderes mundiales se suman al compromiso del desarrollo y reconstrucción de dicho país “y menos envío de fuerzas de seguridad, asegurando que la estrategia actual no está dando los resultados deseados”.
El letargo con que se manifiestan las ayudas mantienen al pueblo haitiano en condiciones paupérrimas, y no están definidas las necesarias prioridades, como quitar escombros, rehacer, reconstruir o hacer nueva una infraestructura imprescindible para comenzar a andar… En el Consejo de Seguridad de la ONU, el presidente haitiano René Préval recordó con críticas lógicas el lento accionar del organismo multinacional más empeñado en operaciones militares que en las tareas propias del desarrollo de un país que, en su decir: “… no está en guerra".
Martelly promete ser "el presidente de todos los haitianos" y cumplir con “la democracia y las libertades públicas". Y si bien el cantante considera “dejar en el pasado los viejos diablos de la política haitiana para mirar el futuro con todas las fuerzas políticas que quieran poner a Haití por delante", las dudas y escepticismos nutridos por siglos de coloniaje, explotaciones y dictaduras sangrientas dejan un amplio margen entre compromisos y cumplimientos.
Desde afuera, la alta representante de La Unión Europea (UE), para Asuntos Exteriores, Catherine Ashton, prevé contar con las "condiciones esenciales para acelerar el proceso de reconstrucción y de relanzamiento económico" de Haití; Estados Unidos augura "otra etapa importante" de cara a la reconstrucción del país; la Minustah celebra la "madurez" mantenida ante los resultados eleccionarios y el canciller Carlos Morales Troncoso habla de “si existiera una paz sostenible, existiría un Haití próspero, en vías de desarrollo, con igualdad de oportunidades, seguridad jurídica, armonía con el medio ambiente y empleos decentes para los haitianos en Haití".
En fin, que de sueños, deseos y tareas pendientes para la reconstrucción de Haití se habla en días que requieren mucho más que compromisos y promesas.