Más allá de lo que sellan los titulares en los medios internacionales y
nacionales, las noticias, supuestamente dirigidas a esclarecer contenidos,
abarcan en estos días, esencialmente, la primera visita del presidente de los
Estados Unidos, Barak Obama, a América Latina, la guerra en Libia y Japón.
Sobre Libia, Obama señala las consecuencias que impondría la comunidad
internacional ante la actitud que asuma Kadafi, y la denominada “zona de
exclusión aérea” sigue sobre el tapete, en tanto las miradas del mundo observan preocupadas el cielo libio, pleno de ráfagas que, lamentablemente, dejan un saldo de víctimas inocentes, sobre todo mujeres y niños. La humanidad concluye el primer trimestre del año con guerras y amenazas de estas. “Más de lo mismo”…
Del significado del la presencia de Obama en territorios latinoamericanos dan
fe sus palabras en Chile, que manifiestan la gran conexión existente entre su
país y la región, a la cual considera más importante en el campo económico que
cualquier otra. “Cuando América Latina prospera, EE UU prospera”, enfatizó el
mandatario y calificó como “alianza igualitaria” este proyecto al que debe dar
un sentido y nueva forma: aclaró, “sin que halla socios mayores o menores, sino socios iguales”.
Prometedores los mensajes del estadista hacia propuestas dirigidas a lo que
vaticina como un mundo muy distinto, cuya falta de interés hacia sus principales problemas ha sido motivo de fuertes críticas por largo tiempo. Al parecer, su administración pretende “hacer su parte” y cubrir un buen momento de “políticas conjuntas”.
No faltó el tema del narcotráfico, en el cual, según aseguró Barack Obama,
Estados Unidos acepta su gran responsabilidad en la situación de violencia que ha dejado el negocio de las drogas en el mundo. En tal sentido, prometió nuevas estrategias, que ojalá funcionen finalmente…
Otros temas fueron el cambio climático, el liderazgo de las naciones en los
biocombustibles y la eficiencia energética alcanzada por algunas de ellas.
Iniciativas que intensifiquen las colaboraciones con una América competitiva,
que incremente el intercambio de estudiantes en universidades de allá y de acá.
También mencionó esa inmigración que ha conformado la nación norteamericana y el fallido sistema migratorio, considerado “un reto” para su gobierno.
De nuevos enfoques y alianzas que fortalezcan la democracia y los derechos
humanos, (que debe defender cada gobierno), habló Obama, en tiempos en los
cuales el futuro de América Latina interesa a muchos y el presidente
estadounidense prevé “caminos que podamos andar juntos”. Veremos…