El discurso del presidente de la República en la Asamblea Nacional, el pasado 27 de febrero, permite pasar de la teoría a la práctica frente al combate de la corrupción.
Al referirse a la corrupción en la administración pública, el mandatario fue categórico: “mi respuesta sobre ese particular es muy sencilla: que actúe el Ministerio Público. Que lo haga con plena independencia y libertad. Que cada quien sea responsable de sus propios actos”.
La línea está trazada y ahora no hay excusa frente a la corrupción.
Existen serias denuncias con base a documentos formuladas en los programas de Nuria Piera y Alicia Ortega, en lo referente a irregularidades en importantes dependencias gubernamentales.
El organismo encargado del combate a la corrupción conocido como Depreco, según su director Otoniel Bonilla, tiene listos 30 expedientes. De ser así, lo que se debe es actuar como lo demandó en la Asamblea Nacional el presidente Fernández Reyna
La lucha contra la corrupción no puede enmarcarse en la denuncia, sino en acciones responsables y concretas.
Basta ya de irresponsabilidades y de impunidad.
Tal como lo plantea el presidente: “que cada quien sea responsable de sus propios actos”.
El Procurador General de la República tiene que asumir su responsabilidad.
Los Ministros donde se cometan actos de corrupción que asuman sus responsabilidades.
Los jueces que asuman su responsabilidad aplicando las leyes emitiendo sentencias ejemplarizadoras.
Solamente así se podrá ir saneando la administración pública, sacando a los delincuentes de cuello blanco que deben ir a las cárceles por sus hechos.
La impunidad tiene que ser detenida. Es una burla a los hombres y mujeres de trabajo que personeros harapientos, cada cuatro años de un período gubernamental, exhiban grandes riquezas, mansiones, lujosos vehículos, villas en zonas turísticas.
Se debe pedir a estos malandrines que justifiquen esos bienes y de no justificarlos que se vayan a residir a Najayo, La Victoria o a cualquier cárcel.
El presidente Fernández Reyna dio en la diana y se espera una respuesta.
Que hablen los fiscales y jueces con sentencias o que callen para toda la vida, eso sí, la historia se encargará de juzgarlos de acuerdo a sus actuaciones.
El pueblo está jodido por la corrupción y completamente “jarto” de impunidad.
Que se entienda esto y bien dicho presidente.