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Las otras cifras

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Durante mucho tiempo los medios de comunicación estarán comentando el discurso del Presidente de la República, Leonel Fernández, de este 27 de febrero, cuando la nación dominicana conmemoró el 167 aniversario de su independencia.
 
Y es lógico que en esta rendición de cuenta Fernández destacara los aspectos
positivos alcanzados por la nación en indiscutibles puntos de su desarrollo a través de estas últimas décadas.
 
De todos modos, a la humanidad le satisface escuchar a los líderes cuando
exponen todo y en ese todo incluyen lo que no ha sido posible alcanzar, unido ello a los esfuerzos porque un día sean factibles.
 
Un trabajo del maestro de periodistas Juan Bolívar Díaz, trae a la reflexión el lugar alcanzado por la República Dominicana en el Índice de Competitividad Global 2010-11, el cual considera “una vergüenza no sólo para los actuales gobernantes, sino para todos los que nos han regido en las últimas décadas y para todos los dominicanos y dominicanas conscientes”.

A los detalles expuestos por el presidente Fernández sobre el sostenido
crecimiento económico del país, escapa esa desigualdad que asoma a cada paso, con una concentración de riquezas y despilfarros que contrastan con la pobreza y ausencias de oportunidades, aun cuando el presidente habla de los empleos generados durante su mandato.

Y es muy cierta la imagen que ofrece el país, con “una infraestructura,
especialmente de edificios con proliferación de torres y obras viales que
encandilan a muchos hasta el punto de confundir el crecimiento urbanístico con el desarrollo humano”, tal y como señala Bolívar.
 
No, Leonel Fernández no dijo que República Dominicana se encuentra en los últimos veinte escalones de dieciocho en los Índices de Competitividad
Global 2010-11 “siendo campeones en favoritismo de los funcionarios públicos, en lo que ocupamos el escalón 139, y subcampeones en despilfarro en el gasto gubernamental con la posición 138. Si le agregamos que en el renglón desvío de los fondos públicos quedamos en el puesto 134, estamos obligados a concluir en que deberíamos morirnos de vergüenza”, apunta Bolívar Díaz y la pregunta sigue siendo si en vez de asumir políticas definitorias para castigar a quienes inciden en tales delitos, el presidente consideró mejor dar plena “independencia y libertad” al Ministerio Público para que someta a la justicia aquellos funcionarios de su gobierno que presuntamente incurran en actos dolosos.“Que lo haga con plena independencia y libertad. Que cada quien sea responsable de lo que haga…”

Pero, ¿cuánto ayuda esta decisión a la situación que vive el país?
 

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