El Mes de las Efemérides Patrias concluyó con la celebración del Día de la Bandera y el Parque de la Independencia en la capital dominicana fue escenario del juramento de estudiantes ante el mayor de los símbolos patrios, de cumplir con el compromiso asumido ante la obra de quienes con su propia sangre
consolidaron la nación dominicana.
Los tres padres de la Patria: Duarte, Sánchez y Mella mostraron la mejor manera de honrar la Enseña Nacional con sus vidas, obras y hasta con su propia muerte.
De ahí que actos como estos conmuevan y lleven a considerar la trascendencia de ese fervor que debe colmar los pechos de los estudiantes y de cada dominicano y dominicana.
Bien vale la pena que las calles se colmen de rostros emocionados y exaltados por el homenaje a la bandera. Ojalá existiesen muchos actos como estos que marcan un modelo de comportamiento a cada miembro de la sociedad, da igual su
edad, género o clase social.
Un mes de conmemoraciones, donde el nacimiento del Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte, marcó el inicio de una serie de actos destinados a lograr esa introspección necesaria y válida sobre una historia que conmueve y dignifica.
La Comisión de Efemérides Patrias ha desarrollado actividades efectivas y motivadoras a lo largo de este período, pero debía incrementarse la participación de los ciudadanos. Que la bandera nacional flote o esté colocada en cada hogar dominicano, significa respeto y homenaje solemne a las tradiciones que acompañan la formación individual y colectiva en esos entimientos que no sustituye nada, ni nadie, de amor y respeto a la madre mayor, la Patria.