Cuando habíamos escuchado acerca de un posible fin para la “crisis económica”, y parecía que ¡al fin! habría un posible camino de soluciones, la noticia se abrió paso en los medios internacionales: “explota la segunda crisis alimentaria de
los tres últimos años”.
Entre las causas que exponen en esta “Gran Recesión”, están los precios alcanzados por los precios alimentarios, las denominadas sequías, las inundaciones y a todo esto se adhieren la especulación, barreras comerciales, subsidios en el mundo rico, de biocombustibles, encarecimiento del petróleo, entre otras…
Los poderosos en economía forcejean como grandes gladiadores; en tanto el resto, los llamados “en vías de desarrollo”, calificación que intenta atenuar la cuantía de pobreza en que existe la mayoría de las naciones en el mundo, sobreviven…
Para Federico Steinberg, del Instituto Elcano, “existen numerosas variables que explican ese fenómeno desde un punto de vista coyuntural: se trata de una serie de acontecimientos dispares que se han reforzado mutuamente y han alcanzado el punto crítico al mismo tiempo", resume.
El mundo crece y con el las dificultades: mayor número de personas tienen que comer, en tanto que la agricultura no recibe la atención que merece, dada su vital importancia. Gonzalo Fanjul, de Intermón Oxfam, concluye: "Todo eso lleva
a los expertos a considerar que la era de los alimentos baratos (y de otras materias primas) toca a su fin".
Especialista coinciden con la analogía entre la crisis actual y la de 2008, como “una pieza en dos actos”, que incluye incrementos de precios, algunos sobrepasan los picos de ese año. “Se repite el tradicional juego de oferta y demanda: malas
cosechas por sequías o inundaciones a causa del cambio climático; reducción del nivel de existencias; cultivos que dejan de dedicarse a la alimentación para producir biocombustibles, ese tipo de cosas. Y a partir de ahí un segundo acto marcado por decisiones políticas cuestionables…”
En caso es que casi mil millones de personas sufren hambre en el mundo; más del 60% de ellos son mujeres y un tercio de la mortalidad infantil se atribuye a la mala nutrición. Estas cifras la integran dominicanas y dominicanos, aunque muchos se empeñen en decir que el país no siente la crisis económica como el
resto…