El ruido ambiental incrementa progresivamente el número de microdespertares y repercute negativamente sobre el estado anímico de la persona, según ha demostrado el estudio clínico desarrollado por el especialista en Trastornos del Sueño, Eduard Estivill, con motivo de la ‘III Campaña por la Salud Acústica’ de Pikolin.
Durante la semana del 25 al 31 de enero, un sujeto anónimo ha dormido en un cubículo habilitado en el Paseo de la Castellana, mientras el equipo del doctor Estivill ha monitorizado su sueño y ha controlado factores relacionados con su calidad de vida y su estado de ánimo a través de cinco ‘test’.
"Los micro despertares son de dos tipos: ‘awakings’ y ‘arousals’. En los primeros la persona es consciente de que se despierta y alcanza un estado de vigilia durante unos breves segundos, mientras que los segundos significan un cambio en el peldaño del sueño que la persona no nota, pero que influye negativamente sobre la calidad del sueño", explica Estivill.
El voluntario partía de una situación "sana" en la que registraba "cuatro ‘arousals’ por noche" y, al final del experimento, paso a alcanzar la cifra de "treinta siete ‘arousals’", detalla el especialista en Trastornos del Sueño.
Asimismo, se ha constatado que la "sensación de decaimiento ha ido en aumento ha medida que pasaban las noches", por lo que, como indica Estivill, "se comprueba que, aunque la persona no sea consciente, con el paso del tiempo, el ruido ambiental va deteriorando la calidad de sueño".
SIMULACIÓN DE UN APARTAMENTO EN LA CIUDAD
Respecto al cubículo habilitado, el especialista puntualiza que, en ningún momento, se ha pretendido "magnificar" el ruido externo, sino que se ha "imitado" el apartamento de una ciudad para "simular" el ruido que existe en una casa normal.
Por su parte, Álvaro, el joven voluntario de 27 años, indica que "no se ha dado cuenta" de cómo su calidad del sueño se veía perjudicada hasta que el doctor le ha enseñado la gráfica y asegura que, con la participación en este estudio, es un poco más "consciente de cómo se debe dormir".
En este sentido, Estivill llama la atención sobre la necesidad de implementar a nivel personal una serie de recomendaciones y pide a las autoridades sanitarias que sean conscientes de la importancia de invertir en salud acústica.
"Es mucho más barato concienciar y hacer campañas que gastar el dinero en pagar hipnóticos", advierte. Este tipo de inversiones tendrían "grandes" beneficios sobre la salud de los ciudadanos y supondría un aumento de la productividad y un descenso del número de bajas laborales, que se solicitan a consecuencia de los trastornos derivados del sueño.
"El sueño es la fábrica donde reparamos lo que hemos gastado durante el día anterior", recuerda Estivill, quien aconseja la utilización de tapones de goma espuma, que evitan gran parte del ruido, pero permiten oír el sonido del despertador y el llanto del bebé, así como la "protección al máximo" de la habitación donde se duerme.