La situación de Haití sigue siendo uno de los temas actuales más importantes tratados en el país y un gran dilema, ante el cual sólo se elucubra, sin saber en realidad cómo acabará todo…
El vicepresidente de la República Dominicana, Rafael Albuquerque, dijo en días pasados que habría que esperar qué ocurre con el vecino pueblo, pero que el país está alerta tras la llegada del ex dictador Jean Claude Duvalier (Baby Doc Duvalier), quien primero dijo haber regresado a Haití “no para apoyar a los haitianos, ni para participar en la política”, sino para “demostrarle a los banqueros suizos que aquí no tiene cuentas pendientes con la justicia y conseguir así que sean descongelados 8 millones de dólares de sus cuentas”.
Aún cuando personalidades del país vecino demandan a Duvalier “por tortura, detención arbitraria y diversas violaciones a los derechos humanos”, como es el caso de Fils Aimé, uno de los pocos sobrevivientes de la cárcel de Fort Dimanche, donde muchos de su grupo fueron asesinados, el ex mandatario sigue en territorio haitiano y “el reto de qué hacer”, se plantea en la cotidianeidad de estos días, unido al resto de los grandes desafíos que vive Haití.
Se trata de la incertidumbre ante unas elecciones presidenciales imprecisas e inciertas, de la cual algunos analistas consideran que Duvalier: “quiera aprovechar esta última crisis política haitiana para presentarse como alternativa o intentar lavar sus antecedentes criminales", según dijo a BBC Mundo José Miguel Vivanco, director para América de la organización no gubernamental Human Rights Watch.
Otras voces defensoras de los derechos humanos se alzan y exhortan al gobierno y al sistema judicial a que desempolven las investigaciones que existen en ese país sobre los casos de corrupción y las atrocidades que se afirma tuvieron lugar durante el mandato de Baby Doc Duvalier, (1971-1986), la mayoría cometidas por su milicia privada, conocida como los Tonton Macoutes”. Se mencionan entre 20.000 y 30.000 personas muertas a causa de la represión de los regímenes de facto de Francois Duvalier "Papa Doc" y su hijo Jean Claude.
Sin embargo, ni los observadores internacionales, ni las grandes potencias hablan de los peligros que entrañan para República Dominicana todos estos disturbios, sumados a la epidemia del cólera. Es como si ese silencio se plegara a quienes entienden que la responsabilidad toca porque sí, a una nación que no puede con los problemas propios y está imposibilitada para cargar con los ajenos…