La República Dominicana está pagando caro las violaciones cometidas en la frontera y la manera corrupta en que se han comportado muchas personas encargadas de velar por los controles y la indiscriminada entrada de haitianas y haitianos indocumentados al país, causa y consecuencia de la situación que se enfrenta en estos días.
También es cierto que fue esta la primera nación que apoyó y ofreció ayuda a esa sufrida población tras el terremoto del 12 de enero, cuyo fatídico aniversario se cumple en breve.
Algunos hablan de vernos en el espejo de quienes cruzan la frontera para poder sobrevivir de una manera más humana, o al menos hallar lo esencial para su existencia. Pero, sin que se trate de anti- haitianismo, aún cuando algunos sientan de esa manera, la situación actual exige diálogos profundos, pues los de allá no pueden continuar como están y los de aquí no soportan mayores pesos, eso lo sabe hasta el menos entendido.
Haití necesita su reconstrucción, que la población cuente con oportunidades. Su realidad es más que preocupante. Las naciones que prometieron ayuda, no sólo no han desembolsado lo necesario, sino que ante la realidad de escombros y muertes multiplicadas ahora por el cólera, observan al Estado dominicano como máximo responsable de un problema que no está capacitado para echarse sobre los hombros.
Imposible repartir la pobreza. Innecesario repetir que República Dominicana crece por fuera y se derrumba por dentro entre carencias educativas, de salud, violencias y otros males que se acrecientan día a día.
¿Cuántos critican a los EE UU y Europa por las políticas anti inmigratorias adoptadas por sus estados?
¿Son justas allá, pero aquí no?
Lo que ha fallado con Haití es, precisamente, la ausencia de políticas que desde hace mucho el gobierno dominicano debió asumir como normas de convivencia bilaterales inviolables, en pos de una convivencia pacífica y de respeto mutuo.
En verdad, resulta injusto para los de allá y también para los de aquí cuanto está sucediendo.
Esperemos que el diálogo sincero, comprensivo y serio, unido esto a las impostergables ayudas de “los grandes” a Haití, ayude en estos momentos de crisis…