A la verdad que en la República Dominicana tenemos legisladores que tienen tan poco que hacer que, en busca de hacerse los graciosos ante sus patronos políticos, son capaces de inventar cualquier cosa.
Lo del diputado Rafael Putín Méndez no tiene mamacita.
De este político, que por dos ocasiones ha ocupado la misma curul y de quien no se recuerda ni una sola iniciativa que haya tomado en beneficio de la provincia que lo eligió, pero si hoy lo vemos rociar cieno y légamo al magisterio nacional.
En momento en que la población levanta la bandera del 4% para la educación, Rafael Méndez, con la peor desfachatez, se destapa y la emprende contra los maestros y su sindicado, la Asociación Dominicana de Profesores, a los cuales tilda de ser los culpables de la desgracia de la escuela.
El proceso de enseñanza-aprendizaje más precario, las peores escuelas en términos físicos y los profesores más abusados del país son los de la frontera, exactamente de donde proviene éste congresista, que para colmos se hace llamar presidente de la Fundación Padrino de las Escuelas de Bahoruco.
Este señor, con su gran tupé olvida que su presidente y su gobierno han caído en la ilegalidad, al oponerse a la colocación de la partida presupuestaria del 4% para la educación.
Putin Méndez llega a la cerrazón de decir que la llaga secular en la educación pública y privada de la República Dominicana está en el cuerpo magisterial y en las entidades que agrupan a los maestros y a las maestras, por lo que demanda “un saneamiento profiláctico en todo el sistema educativo y una profunda evaluación de las entidades representativas del magisterio nacional”.
Habría que preguntarle a Putín Méndez, qué esfuerzo ha hecho desde su curul a favor del magisterio nacional de manera que el gobierno, quien ha mostrado resistencia al justo reclamo de decenas de organizaciones por el respeto a ley y la justa asignación del 4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), a la Educación.
Si el diputado Putin estuviera investido de la mejor calidad enfilara sus cañones hacia los funcionarios del ministerio de educación, aquellos que dándole rienda suelta al boato y a la lujuria se hacen ricos a costa de la paupérrima asignación presupuesta, las que le da para construir despampanantes palacetes, oficinas y residencias de lujos.
Recibiera nuestro espaldarazo si este congresista asumiera en todas sus partes la propuesta de del movimiento “Educación Digna”, quien está encabezando la lucha por la asignación del 4% para la educación, la cual desde el pasado “Lunes Amarillo” ha concitado el apoyo de la población y le ha dicho al gobierno del Partido de la Liberación Dominicana que es dinero que necesita la educación dominicana para avanzar y salir del atraso.
Putín Méndez debe comprender que el problema de la educación ahora no es debatir conceptos ni establecer perfil de las personas que van a estudiar pedagogía a las universidades, no señor, el momento es de dinero, del que le gusta a este gobierno para despilfarrar en obras no prioritarias y gastar en campañas electoralistas.
Si para este congresista la responsabilidad en la enseñanza descansa sobre los maestros y maestras, cuál es la que debe asumir el estado frente al reclamo de la ciudadanía por mejor presupuesto para la educación.
Debería preguntársele a este marchante, dónde se encontraba el pasado Lunes Amarillo cuando a tempranas horas el pueblo amaneció empoderado y movilizado pacíficamente por una gran cantidad de personas que asistieron a sus trabajos, centros escolares, entre otros, llevando una prenda amarilla en demanda de que el gobierno cumpla con el cuatro por ciento del PIB para la educación.
El señor Putín lo único que ha hecho es bailar la pieza que le ha tocado al gobierno, al justificar su ilegalidad al no obtemperar al reclamo de la sociedad civil, la cual ha recibido el apoyo del empresariado, la iglesia, los partidos de oposición, organizaciones y de la población en sentido general.
Hay que decirle al diputado Putín que si el país ocupa el lugar 137 en educación, hay solo un responsable que es el gobierno que encabeza en la actualidad PLD
El legislador debe entender que la fiebre no está en la sábana y el que el mal olor no sale del vertedero ajeno. Que no es la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), la principal responsable del desorden y de la falta de consciencia que existe en el magisterio nacional.
La lucha del magisterio será siempre la misma que el hoy congresista ayer apoyó cuando sostenía una ideología diferente a la que hoy profesa.