Resulta que en Cancún unos 200 gobiernos buscaron un “heredero” para el Protocolo de Kyoto y la reunión previó “una transición” hasta la cita definitiva en Sudáfrica, en 2011.
El caso es que noviembre finalizó sus días en este 2010, con el desarrollo de la conferencia de la ONU sobre el cambio climático en Cancún (México) y hacemos nuestras las afirmaciones de la doctora Amparo Chantada cuando asegura que allí, “los líderes mundiales deberían aprobar una serie de medidas para enfrentar las inquietantes manifestaciones del cambio climático entre ellas, un compromiso firme ante las reducciones de dióxido de carbono a corto plazo. Sin embargo, el escepticismo impera, la crisis del modelo de desarrollo, contrario a lo que se esperaba, no implicó una reflexión sobre sus causas profundas sino en como resucitarlo para no afectar su estándares de vida”.
Tras la decepción de Copenhague, los entendidos no esperaban un acuerdo global, ni que se pusieran de acuerdo en la conferencia de Cancún, pero sí que coincidieran en medidas inmediatas para luchar contra el cambio climático, porque tampoco existe tanto tiempo para las esperas cuando del tema se trata.
Tal y como afirma el secretario general de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Michel Jarraud, el año que casi concluye se ubicará entre los tres años más calientes desde que comenzaron las mediciones en 1850. "Por supuesto, si no se hace nada, esta curva (de temperaturas) seguirá aumentando y aumentando".
El fenómeno preocupa al mundo y sus efectos directos ocupan buena parte de los esfuerzos de la comunidad científica internacional por el riesgo que corre el futuro de la humanidad.
El ex vicepresidente de Estados Unidos y uno de los máximos exponentes de la lucha contra el cambio climático, Al Gore, dijo que Cancún le deprimía. ¿Será que habrá que esperar que las políticas cristalicen en Durban, para poner estos compromisos definitivamente por escrito? ¿Tendremos tiempo aún?
¿Habrá tiempo aún?
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