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El universo de las mujeres

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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A propósito de celebrarse el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, quiero compartir con ustedes algunas ideas y pensamientos que surgen en esos seminarios sobre género.donde nos reunimos mujeres de varios lugares del mundo.

Nos damos cuenta que real es nuestro universo. Todas coincidimos que nuestro universo es cada vez más cuidado entre nosotras. Es que cuando nos permitimos reconocernos en las otras, cuando podemos reír y llorar juntas, cuando nos damos cuenta de que vivir solas y cuidar de la familia y sacar adelante nuestros hijos no es el final del mundo, nuestro universo interior se mueve, respiramos mejor, nos curamos de haber nacido mujer.

Además, la voz de los hombres se debilita y su poder empieza a vacilar. Varios escritos de feministas y literatas nos señalan que la relación de las mujeres entre ellas es una estrategia de cambio poderosa.

Sabemos que estos procesos se toman tiempo, actualmente las relaciones de las mujeres entre ellas siguen siendo complejas, ambivalentes, y a veces contradictorias; pero, la solidaridad, la risa compartida, se construyen lentamente, con la convicción de que la vida está adelante y que cuando no se puede reír, gozar, disfrutar, bailar con los machistas, reímos gozamos y disfrutamos entre nosotras y exactamente esto es lo que las mujeres estamos aprendiendo. Dejando de lado esa rivalidad que las volvía hace siglos, brujas la una y otras, y están reeplanzando esa rivalidad por la solidaridad, y hasta una cierta complicidad, la vida esta cambiando realmente para nosotras.

Y si las mujeres aguantamos lo peor, lo insoportable en nuestras vidas es porque nuestras risas, como nuestros llantos son contagiosas y nos señalamos un mundo menos estrecho y menos duro, menos vertical, que el mundo que rodea a los hombres. Ellas se acompañan en la desgracia y son capaces de llorar juntas, lo que en casos excepcionales es difícil ver en los hombres.

Ellos toman juntos y el alcohol son sus lágrimas. No se permiten aflojar sus fragilidades entre ellos, sus dificultades para seguir siendo lo que esta cultura aún les exige: ser hombres de verdad, es decir paradójicamente hombres de puras mentiras.

Mientras tanto, el círculo de violencia, primero con ellos mismos, y después con su entorno familiar, sigue cerrado. El universo masculino, especialmente esos hombres que pertenecen o nacieron en los años antes de los 50, y un poquito después. Dan una infinita tristeza. Pero, ya la generación de nuestros hijos comienza a ver alguna luz, y tendremos muchachos con menos frustraciones a los de esa generación, chicos que se comunican entre sí y hablan de sus amores y sus temores.

Me parece que comparten más con sus amigas, hablan de sus vidas, de sus afectos, de sus miedos, de sus relaciones con el mundo, de sus sueños de niños grandes que comienzan a envidiar el universo de las mujeres. Realmente vemos jóvenes que están aprendiendo a construir mejores encuentros con las mujeres que quisieran seguir al lado de ellos. Que a veces prefieren, con corazón, inaugurar complicidad y solidaridad entre ellos.

Este encuentro en el último seminario, en el hermoso país mexicano, reafirmó que cada vez más las mujeres estamos construyendo un albergue de seres alegres, mientras podamos regresar a la casa de hombres tiernos, solidarios y cómplices de nuestros avances.

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