Las autoridades prevén que en 2010 el país supere los cinco millones de turistas, lo cual marcaría un récord histórico y representaría un aumento de 20% respecto a los resultados de 2009, declaró el director ejecutivo del Instituto Nacional de Promoción Turística, Leonardo Boto, y recordó que entre 2002 y 2008 la nación sudamericana tuvo una tasa de crecimiento interanual superior a 10%, la más alta de la región.
Sin embargo, la crisis económica y otros problemas como la pandemia de gripe A rompieron esa tendencia alcista en 2009, un año de cifras negativas, dijo Boto, quien asiste en Londres a la feria internacional World Travel Market.
En 2009, los turistas procedentes de España, uno de los mercados más importantes para Argentina, cayeron 25%, aunque Boto precisó que en el primer semestre de 2010 el volumen de españoles que visitan este país ya alcanzó los niveles previos a la crisis.
Buenos Aires, la capital argentina y uno de los principales destinos turísticos del país, tiene una comunicación por aire con Madrid de 32 vuelos directos semanales (operados por Aerolíneas Argentinas, Air Europa e Iberia) y de 4 frecuencias semanales desde Barcelona, operados por Aerolíneas Argentinas.
A pesar de esta buena comunicación con España, el reto de Argentina es mejorar la conexión de vuelos directos con el resto de Europa. Al respecto, Boto recordó que en diciembre se podrán en funcionamiento los vuelos directos de Londres a Buenos Aires de la compañía British Airways, que actualmente hace la ruta pero con parada en Sao Paulo.
Comentó que otro de los retos de la promoción turística de Argentina -que invierte 45 millones de dólares al año en esta materia- es explotar el filón del ecoturismo, ya que el país está entre los 10 países del mundo con mayor extensión de áreas protegidas. “Estamos avanzando mucho en cantidad y en calidad, ya que en los últimos años los territorios protegidos de Argentina han crecido en 12%", subrayó.
Boto insistió en la necesidad de regular el turismo de estas áreas, es decir, "aprovechar el recurso dañándolo lo menos posible y aprovechar el turismo para sacar rendimiento económico a esa zona protegida".
Según Efe, para ilustrar los esfuerzos de Argentina en preservar la naturaleza, Boto indicó que tiene la relación kilómetro cuadrado protegido por habitante más alta del mundo, lo que implica que prácticamente el 8% del territorio argentino tiene algún grado de protección.